El término “juego previo” no debiera existir.
Pensamos a través de las palabras y si usamos mal las palabras terminamos pensando mal.
El uso de la expresión “juego previo” nos programa mentalmente para creer dos ideas falsas:
a) la idea de que el coito (meter y sacar) es lo único importante de una relación (en un partido de fútbol por ejemplo, la previa = el preliminar, es con cuadros de segunda o tercera división, en un espectáculo musical, la previa, los teloneros, son músicos de inferior calidad y prestigio al espectáculo en si) y …
b) que cualquier encuentro que no desencadene en meter el pene en un orificio vaginal o anal no es un encuentro sexual, es “solo el preliminar” (al punto que, y este es un caso de la vida real que me tocó vivir, un hombre le dijo a su mujer, consultante mia, para justificar una infidelidad que tuvo con una secretaria, que la otra mujer “solo le hizo sexo oral”, o sea, “eso no cuenta como infidelidad” y no es que estuviera buscando manipularla, el realmente lo creía así)
El supuesto juego previo no es previo de nada, eso ES sexo.
Es mas, es parte fundamental del sexo, porque sin todo el marco de erotismo y fantasías compartidas, y todo lo que se mal llama “juego previo”, tener sexo es como comer sin sal o sin ingredientes que le den gusto y aromas a la comida.
El juego previo, en el sexo
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