A las dificultades usuales que tienen las relaciones de pareja para prosperar y mantenerse en el tiempo (por algo el 50% de los matrimonios se separa, aproximadamente, y el 75% de las uniones civiles libres sin papeles se separa, aproximadamente) se le suman los problemas que surgen, cuando uno u otro en la pareja ya ha tenido hijos de relaciones anteriores, en las relaciones cruzadas entre los hijos de uno con nuestra pareja y entre los hijos de la pareja con uno, especialmente en los casos en que los hijos de uno o los de nuestra pareja (o ambos) conviven con la pareja.
¿Cual es la solución?
La única forma en que una relación así prospere es que haya una perfecta integración entre los tuyos, los míos y nosotros, para poder funcionar como “familia”
Lo cual es mas fácil decirlo que lograrlo.
Entre otras cosas porque siguen existiendo el otro padre y la otra madre que muchas veces, y entendiblemente, se sienten mal y celosos por los vínculos afectivos que puedan generar los hijos propios con las nuevas parejas de nuestro/a ex.
Y porque si es a veces difícil formar una buena familia con los hijos propios mas difícil, muuuucho mas difícil, es formarla con los hijos de otra persona.
De ahí las estadísticas.
De charlar con mis consultantes conozco varios casos en que la causa fundamental de la ruptura fueron los problemas que no tuvieron solución generados por los hijos de uno u otro integrante de la pareja que no aceptaba o no se llevaba bien con la nueva pareja de su padre o madre.
Tus hijos, mis hijos y nosotros
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