¿Sabes quien te va a recordar dentro de 200 años?
Nadie.
Va a ser como que nunca hubieras existido, a menos que seas un genio en algo, un Einstein, un Mozart y aun así, lo que recordaran es solo tu nombre y que hiciste, someramente hablando, pero quien sos VOS en realidad, tu esencia como persona, ni siquiera si sos un genio lo recordaran, solo lo recordarán las personas que te conocieron personalmente y esos dentro de 200 años también serán “nada” a nivel terrenal.
¿Eso implica que nuestras vidas no tienen ningún valor o que no tenemos ningún poder para cambiar nada?
Todo lo contrario.
Todos dejamos una marca en el mundo PARA SIEMPRE que es además una influencia que se multiplica en el tiempo.
Me explico:
Cada acción que vos haces, chicas, medianas y grandes, tiene consecuencias que generan consecuencias que generan consecuencias abriéndose así un árbol de causas y efectos que se va multiplicando hasta el infinito.
La cadena de causas y efectos a partir de CADA COSA que haces, aun de las mas chicas, tienen así enormes consecuencias futuras por el efecto multiplicador de causas y efectos que no terminan mas y el mundo cambia para siempre a través de las acciones, para bien o para mal, de cada uno de nosotros.
Lo hacemos en forma anónima en la mayoría de los casos, pero que cambia, cambia, para bien o para mal, o sea, no podemos evitar la trascendencia a nuestra muerte buenificando o malificando al mundo.
Si lo que buscamos es que se recuerden de nosotros dentro de cientos de años, sonamos.
Aun si somos genios.
Si lo que buscamos es trascender muestra muerte dejando una marca en el mundo, no podremos siquiera evitarlo aun si queremos.
Nadie sabe que pasa con “yo” después que morimos, teorías hay muchas.
Pero nuestros actos nos trascienden, aun después de nuestra muerte, y se multiplican por el árbol de causas y efectos de forma cada vez creciente a medida que pasa el tiempo.
De modo que dada la INEVITABLE TRASCENDENCIA DE NUESTRAS VIDAS, anónima pero poderosa, tenemos, es mi opinión, una gran responsabilidad de usar ese poder para bien.
Y usarlo bien es tomar conciencia (y actuar en consecuencia) que no hay actos “neutros” y que la única forma de trascender “para bien” es que nuestras acciones, aún las pequeñas, vayan en la dirección de contribuir al aumento de la verdad, de la belleza, y del bienestar de nuestros semejantes poniendo nuestro grano de arena en la construcción de un mundo que vaya aumentando su justicia y bienestar después de nuestra muerte GRACIAS A nuestras acciones y las consecuencias de las consecuencias de las consecuencias de las misma, que seguirán existiendo después de que ya no estemos vivos en la Tierra.