Esta cruel frase de la sabiduría popular es cierta.
Es cruel porque menciona algo que es un accidente (tener algun tipo de deficiencia en el desarrollo intelectual)
Es cierta porque cuando un hijo tiene algún tipo de deficiencia de este tipo, es usual que no se sepa hacer cargo de si mismo una vez adulto, y ahí los padres se tienen que hacer cargo de el (o ella según el caso) y eso sale caro.
Me he encontrado con casos en que la carga económica para los padres no está basado en algún tipo de deficiencia intelectual del hijo sino de un problema psicológico, de un subpersonaje del hijo que lo autosabotea y le impide ser un verdadero adulto, que por definición de adulto, es económicamente independiente (lo cual en algunos casos llega a que el hijo/a vuelve por años a vivir en la casa de los padres).
¿Que tipo de “problema” psicológico puede inhibir a un adulto a ser económicamente independiente?
Lo usual es encontrar que los padres no lo cuidaron adecuadamente (o asi lo interpretó el hijo, que no hicieron suficientes sacrificios por el) y de esa manera el subpersonaje se arregla para “no poder auto mantenerse” y así “obligar” (porque no lo van a dejar en la calle) a los padres a hacer sacrificios por el, de adulto, para tratar así de llenar un tanque (el de “mis padres me aman fijate cuanto hacen por mi”), solo que el tanque quedó con un agujero por los traumas de la niñez, y nunca se termina de llenar, y por lo tanto el problema sigue y sigue y sigue.
Si bien es igual de problemático (para el hijo o para los padres y, si el hijo tiene hijos, para los hijos del hijo) que el origen del problema sea el que sea, retraso mental o inhibición psicológica, la ventaja es que lo psicológico se puede enfrentar y sanar, con terapia.
Solo que la mayoría de estas personas tienen tal retraso emocional, que funcionan en la vida como si fuera niños grandes, y por lo tanto odian la responsabilidad, entre ellas, la responsabilidad de hacerse cargo de sus propios problemas de modo que acuden en general a la estrategia de la automentira y de las mentiras hacia los demás tratando de echarle la culpa de sus problemas a la mala suerte o a lo malos que son los demás.