Primera confusión:
1) Si mi propio padre (o madre) no se ocupó de mi felicidad cuanto tomó sus decisiones de vida, menos se van a ocupar de mi felicidad las otras personas que encuentre en la vida.
Segunda confusión:
2) Si mi propio padre (o madre) no se ocupó de mi felicidad cuando tomó sus decisiones de vida, porque tengo yo que ocuparme del efecto que mis decisiones y acciones tengan en los demás?
La realidad es otra.
1) si a uno no le tocaron buenos padres bastante sufrio de niño por esa mala suerte como para ahora ya de adultos y responsables de elegir con quienes nos relacionemos, sigamos sufriendo, reclutando para nuestra vida gente con tan poca consideración para la felicidad nuestra como tuvo papá o mamá (por lo que hicieron o o por lo que dejaron de hacer que debían haber hecho) cuando fuimos niños y adolescentes.
“El que cree que no puede, no puede” dice el dicho y es así. Y de igual manera es cierto “el que cree que algo no existe, no lo puede encontrar”.
Si no creemos que existan personas que nos van a tratar mejor que nuestro padre o madre lo hizo, no las vamos a encontrar, no las vamos a registrar. Con lo cual restringimos nuestra felicidad y esta vez no podemos culpar a nadie mas que a nosotros mismos por elegir mal.
2) un mal mas un mal son dos males, no se compensan, y el hecho de que haya decenas de miles de personas presas en este momento en el mundo por asesinos o violadores no nos da el mas mínimo derecho a salir a matar o violar. Eso lo entendemos, verdad? Por exactamente la misma razón lo que hayan hecho de mal nuestros padres en la vida no nos da el mas mínimo derecho a repetir ese comportamiento con otras personas ni es justificación para buscar alguien que nos haga “eso” a nosotros. O a nuestros hijos.
Sin embargo, inconscientemente, muchas personas luego repiten con pareja o hijos (o amigos o desconocidos), lo que aprendieron de chicos en sus respectivas casas y hogares.