Una y otra vez veo esto en mis consultantes.
Se buscan personas dañinas o traicioneras.
Cuando lo inevitable sucede, el daño o la traición, responden con furia emocional, fría o caliente, pero en ambos casos una necesidad muy fuerte de vengarse del daño recibido.
¿Cual es el mecanismo operante aquí?
¿Por que lo hacen?
¿Como salir de esta noria compulsiva inconsciente?
Siempre lo que encuentras es o una madre o un padre (o ambos) que han generado un daño emocional grande en la niñez de la persona.
Como es difícil vengarse de papá o de mamá, en parte porque los necesitamos mucho, en parte porque les tenemos miedo (justamente por la dependencia el niño/a hacia sus padres para su propia sobrevivencia), y como el daño recibido de un padre o una madre se siente como “traición” (dado que la función de un padre o una madre es proteger del daño al hijo/a, o sea lo opuesto a lo que terminaron haciendo cuando dañaron, sea el daño por acción o por omisión, o sea por lo que hicieron que no debieron haber hecho o por lo que no hicieron que debieron haber hecho), una vez que el niño ya se transforma en un adolescente o un adulto, necesita sacar presión de esa olla a presión que está cargada de dolor, resentimiento y necesidad de venganza.
De modo que se recluta (todo inconscientemente por supuesto) a alguna persona que venga con cuasi garantía de traición, con la excusa de que uno se dice a si mismo “a mi no me lo va a hacer”, y cuando se da la lógica y nos traicionan, ahí soltamos vapor de la olla, saliendo no solo la rabia y necesidad de venganza del hecho puntual sufrido sino que por ahí por la misma válvula sale los viejos odios y resentimientos y necesidades de venganza que teníamos, sin asumir, contra nuestro propio padre y/o madre por el daño que nos hicieron (daño que a veces ni asumimos que nos hicieron)
Ejemplo: una chica encuentra a un chico que le dice, ya en la cuarta o quinta cita “no te involucres conmigo porque soy muy mujeriego y nunca fui estable en mis sentimientos ni fiel”.
Ella, que viene de una infancia muy dañada, en lugar de hacer lo obvio, que es dejar de salir con esa persona, al contrario, se involucra con el, hasta que un tiempo después pasa lo que era bastante lógico que pasara, el la engaña y la deja por otra.
La forma en que se lo explique es la siguiente:
Si vos sos un empresario o gerente de empresa a cargo de tomar el personal, y necesitas un cajero y entrevistas a alguien y le preguntas “aquí veo en su curriculum que trabajo en la empresa X, porque se fue de ahí”? y te responde “me despidieron por robar”. Y luego le preguntas “y porque se fue de la empresa Z donde veo que ambientar trabajo de cajero”? Y te responde “me despidieron por robar”. Ahi, si vos tomas a esa persona como cajero, y luego de un tiempo, roba en tu empresa, a quien tenes para “culpar”. Al ladrón que te avisó que es ladrón o a vos que lo reclutaste para vivir una experiencia de vida “cantada” con el?
Siempre me entienden ese ejemplo del cajero.
Entienden como estuvieron “reclutando”,
(inconscientemente por supuesto) las experiencias de daño recibidas porque HABIA señales previas que se ignoraron porque una parte de uno BUSCABA ser dañado de manera similar a como fue dañado en su infancia por su madre y/o padre.
Para poder “reelaborar el tema” que de niños no pudimos elaborar.
El lugar para asumir y elaborar el daño recibido por nuestros padres es la terapia, no la vida reclutando nuevos dañadores para poder ahi si, “acusarlos” y “vengarse” y/o “justificar a nuestro padre o madre dañinos” con el “y bueno, todos son asi conmigo, debe ser como se comportan los seres humanos”.
Reclutando al enemigo
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