Me pregunta esto por mensaje privado una amable lectora.
Contesto por aquí.
No conozco a nadie perfectamente sano, ni de mente ni de cuerpo.
La salud NO ES blanco o negro, o totalmente sano o totalmente enfermo.
Todos estamos en algun gris intermedio.
A partir de determinada “oscuridad del gris” decimos “tenemos una patologia”, tomamos nota de ella y empezamos a tratarla.
El gris, a nivel mental, se torna suficientemente oscuro como para decir “tengo un problema a solucionar” cuando los sabotajes de los subpersonajes inconscientes son suficientemente graves como para trastocar objetivos importantes de nuestra vida, sea a nivel pareja, a nivel familia, hijos, amigos, trabajo, dinero o salud o del tema que sea.
No importa cuanto trabajes en tu crecimiento personal siempre hay mas trabajo para hacer, mas acercarse al blanco, mas aclarar el gris.
No importa no llegar jamas al blanco blanco.
Es como con el libre albedrío.
Jamas vamos a tener total libre albedrío, siempre van a haber influencias internas y/o externas de la que no somos conscientes que van a llevarnos a elegir hacer algo pero no por genuino libre albedrío sino por otros motivos, sea rutina, funcionamiento en automático, programación mental de la publicidad formal e informal de la que somos todos blanco todos los días o por nuestros genes, nuestros psicogenes astrológicos, las experiencias que vivimos en el útero materno y todo aquello que no recordamos ni podremos recordar conscientemente jamas de lo que vivimos en nuestra primera infancia, en la época preverbal.
Sin embargo todo eso es poco relevante, porque el crecimiento personal no consiste en llegar a ser totalmente libres sino en ser un poquito mas libres cada día, grano de arena por grano de arena, creciendo como personas cada día un poco mas.
Con la salud mental es lo mismo, jamas estaremos totalmente sanos a nivel psicológico, pero el objetivo es cada día sanarse un poquito mas, conocerse a si mismo y a los subpersonajes de la mente un poquito mas, verlos venir antes, saber como actuar cuando se activan, alinearnos cada día mas con nuestra esencia y aprender a escuchar los “mensajes” de la inteligencia universal, que está conectada vía quantica con nuestro cerebro y continuamente nos marca el camino que debemos tomar si queremos alinearnos con esa inteligencia universal y sus propósitos evolutivos para la Humanidad en general y para nuestro Tao o camino personal en particular.
Por eso si te fijas en las estatuas de Buda, siempre se lo representa con enormes orejas, porque cuando llegas a determinado nivel de crecimiento personal, empezas a ESCUCHAR lo que Dios, la Inteligencia Universal o el nombre que quieras darle al concepto, tiene para nosotros.
Los budistas representan el concepto de alineación con el propósito espiritual para cada uno con las orejas de Buda, los judíos lo representan como que el mandamiento mas importante es “amaras a Dios con toda la fuerza de tu mente y tu corazón” y por “amar a Dios” se quiere decir lo mismo que cuando amamos una “causa” cualquiera, empezamos a poner nuestra conducta diaria al servicio de ese ideal que amamos.
Los budistas creen que todos y cada cual podemos llegar a aprender a escuchar personalmente esos mensajes.
Los judios creen que mas vale darle a la gente por escrito los mensajes que los principales “escuchas espirituales” han recibido a lo largo de la Historia (porque muchos mensajes son colectivos y universales) y que se han codificado en una “ley” en la Biblia y que para ser una buena persona lo que uno tiene que hacer es seguir esa ley escrita.
En ese sentido soy mas budista que judío o por lo menos soy mas budista que judío para todos aquellos que ya hayan llegado a determinado nivel de crecimiento personal.
Para este 2016 mi deseo es que todos nosotros estemos mas sanos que en el 2015. Y se que eso no sucederá porque si. Sucederá (si sucederá), gracias al trabajo que le pongamos, día tras día, levantándonos después de cada tropezón y hasta de cada caída, con la decisión firme de crecer, amando el concepto de crecimiento personal, a nivel psicológico y espiritual.
Primero viene el amor a la causa que sea que quieras dedicarte.
Luego el trabajo incesante en ello.
Luego se empiezan a cumplir las metas.
En ese orden.