En épocas donde no hay semana en que algún islámico no haga un atentado suicida esperando, según sus creencias, ganarse el cielo con eso y tener sus 70 vírgenes y sus dátiles etc etc y vivir asi en el Paraíso, creo que corresponde que todos los que creen en una vida posterior del alma en “el Paraíso” (si sacaste buena nota en el curso de tu vida) se hagan la pregunta
¿te imaginas lo ABURRIDO que puede ser un mundo “perfecto”?
¿Donde nunca necesites ni desees nada porque lo que quieras lo tenes automaticamente?
¿Donde jamas hay nada para mejorar porque todo es perfecto?
Ademas de que no sabría que hacer con setenta vírgenes porque sexo por el sexo mismo ya me aburre y tener una relacion sexual con real mutuo conocimiento no la veo posible con 70 mujeres, o sea que ni el “dulce” ese me atrae.
Pero hablando en serio, si el Paraíso es la perfección que describen la religiones, a mi dame la Tierra donde entre otras cosas tengo solo UNA esposa, pero puedo desarrollar con ella una relación de intimidad y honestidad y compañerismo y compromiso, dame problemas a solucionar, dame objetivos a conseguir y un mundo imperfecto pero humano, para mejorarlo con mis acciones y mi esfuerzo.
Yo no ando buscando desencarnar e irme a la perfección del espíritu.
Y me cuesta entender a la gente que lo hace y se siente a disgusto en esta encarnación.
Posdata: quizás sean mis genes judíos que hablan en este posteo.
Porque en el judaísmo no se hace mucho hincapié en el mundo por venir, sino que todos los esfuerzos se ponen en lo que se llama Tikkun Olam (la reparacion del mundo), de ESTE mundo, haciendo que cada dia cada judio ponga su grano de arena para dejar al mundo al acostarse mejor de lo que lo encontro al despertar.
No digo que todos los judios lo hagan.
Digo que eso, para mi, es judaismo, y no los rezos, y golpearse el pecho (metaforicamente hablando) en plegarias que basicamente dicen “soy una hormiga insignificante Oh Dios perdoname mis pecados y ten misericordia de mi alma porque tu Oh Dios sos el todopoderoso soberano magnifico y resplandeciente de la tierra y el mar y me inclino sumisamente a tus pies en señal de reconocer la ultima basura que soy como pecador).