No importa cuánto se parezca a un ser humano , un robot preprogramado puede cuidarte, servirte, hacerte compañía y muchos etceteras pero la respuesta a la pregunta del título es “no” sin importar cuantas veces el robot te diga que te quiere o haga cosas similares a lo que genera el “amor” entre dos adultos que se aman.
Por qué?
Porque el amor por definición requiere libre albedrío de ambas partes, la capacidad de realmente elegir a quien se ama y a quien no.
Lo cual me lleva al punto del posteo que de seguro le caerá mal a algunas personas que necesitan creer otra cosa.
Los niños chicos están programados para “amar” a sus padres y los perros están programados para “amar” a su cuidador preferencial.
Igual que el “niño robot” de la película “Inteligencia Artificial”.
Esa programación está en los genes de los niños y los perros.
Amor devocional e incondicional, merecido o no por los padres y cuidadores/dueños de perros que lo reciben (los niños aman a sus padres y madres aun cuando no sean buenos padres y madres, salvo contadas excepciones que justifican la regla, y los perros aman a sus amos aún cuando no sean buenos amos).
Y muchas personas que no son capaces de desarrollar relaciones de verdadero amor con otros adultos, terminan teniendo hijos para al menos sentirse amados por ellos (al menos mientras los hijos son chicos) o terminan teniendo perros como mascotas para sentirse amados (o ambas cosas).
Sin darse cuenta que en ninguno de ambos casos son realmente amados en el sentido del amor que llamamos tal entre dos adultos el cual como dije antes debe estar basado en el libre albedrío.
No es que lo hagan conscientemente.
La motivación en general es inconsciente.
El chiste del cartel de Facebook que he visto más de una vez que dice “si ha fracasado diez veces en sus relaciones de pareja se le asignará una mascota” encierra una gran verdad pero debería tener al final una aclaración que diga (“para que dado que usted no sabe desarrollar una relación de amor adulto genuino tenga al menos una droga compensatoria para anestesiar su dolor por esa carencia”).
Freud decía que la terapia sirve para que la persona logre trabajar y amar, y por esto último no quería decir “enamorarse” sino “desarrollar una relación de compromiso, cariño y construccion mutua sostenida en el tiempo y capaz de solucionar los problemas que vayan surgiendo en la relación”.
Y tenía mucha razón.
El crecimiento personal requiere desarrollar la capacidad de construir una relación de amor entre dos humanos adultos con libre albedrío.
LUEGO que uno sabe hacerlo puede, si quiere, decidir vivir solo y/o con robots programados para amarlo a uno, o su equivalente conceptual, hijos y/o mascotas, programados por sus genes para “amarlo” a uno.
Por qué digo “luego”?
Porque uno solo puede realmente ELEGIR no tener algo (en este caso una relación de amor entre adultos pero se aplica a casi todo en la vida) si realmente es capaz de tenerlo en caso de quererlo; en caso contrario se miente a sí mismo con el “no lo tengo pero tampoco lo quiero” para intentar disimularse que si quisiera tenerlo, no sabría cómo.