Hoy hablé con una lectora sobre su problema, divorciada hace unos años de un hombre con una infidelidad serial patológica, cuya madre (la de el) había sido sistemáticamente cornuda pero era del tipo de mujer que pensaba que “todas las mujeres son cornudas y lo aceptan” por lo cual se mantuvo sufriendo pero se mantuvo casada todo el tiempo con ese marido infiel (el padre del ex marido).
El ex marido, como tantas veces pasa, se reclutó a si mismo para probar (??¿¿??) con una muestra reducida consistente en su padre y el y un par de amigos, que “todos los hombres son infieles y todas las mujeres son cornudas conscientes” como forma de poder seguir pensando que “mi padre no es un hijo de puta, no es un hijo de puta, no es un hijo de puta, mi madre no es una imbécil, no es una imbécil, no es una imbécil”
Y, me decía esta lectora, que los hijos de ella, nietos del infiel original, la culpaban a ella (mi lectora) de ser la que rompió la familia al haber descubierto (por segunda vez, ya había pasado antes) la infidelidad del marido en lugar de hacer lo que hacen todas las mujeres de aceptar ser cornudas conscientes, “porque eso es lo que me dice mi abuela cada vez que voy a la casa y eso es lo que me dice papá que deberías haber hecho vos”.
Con lo cual estos niños ahora adolescentes de grandes TAMBIÉN van a hacer y hacerse daño intentando reclutar mujeres cornudas que les acepten sus infidelidades, lo cual si les sale bien (difícil que el chancho chifle en la epoca moderna, hace 100 años podia ser) va a freirle la cabeza a los hijos que tengan, al tener que ver a su madre aceptar una vida indigna y a su padre ser una mala persona haciendole eso a su madre, y si les sale mal, con una mujer que no acepte ser cornudas repetidas (lo mas probable) va a terminar con sus propias familias rotas, para sufrimiento de todos los involucrados.
Le expliqué también a mi lectora que esto no le había “pasado”, sino que “lo había reclutado”, porque, a través de las preguntas que le hice, salió a luz que la madre de mi lectora TAMBIÉN había sido cornuda sistemática, persiguiendo siempre al marido tratando de “probar” sus infidelidades (nunca lo logró, era obvio que era cornuda pero no lo pudo probar con pruebas irrefutables) y que de esta forma la niña, que habia sufrido a traves de ver el sufrimiento de su madre siempre persiguiendo a su padre para intentar comprobar sus infidelidades, de grande reclutó a un hombre infiel para cambiarle el final a la película vivida en su niñez, cambiando este final en varios puntos
1) primero la madre daba como excusa de que no se podía divorciar porque económicamente dependía del marido, con lo cual mi lectora recluto a un hombre que sistemáticamente ganaba menos que ella siendo ella la principal sostenedora del hogar, para evitar “caer en la trampa de la dependencia económica que te obliga a no poder divorciarte” (le explique que es falso que las mujeres acepten su cornudez por dependencia económica, a veces pasa a veces no y muchas mujeres tienen igual suficiente dignidad para mandar a cagar a sus maridos infieles)
2) segundo la madre toda la vida había perseguido al padre para tratar de probar las infidelidades, sin lograrlo, en cambio esta lectora, muy hábil “investigadora” logro hackear los mails del marido y logro probar las infidelidades, ubicar a la amante principal del marido.
O sea que el macabro juego de reclutar a un infiel serial patológico (que es bien diferente a un infiel puntual circunstancial) le servia también a ella para justificar a SU padre (“ves? No es que mi papi haya sido malo, los hombres son infieles, fíjate en el marido que elegí”) y demostrarle a su madre que SE PODÍA desenmascarar a un infiel si una realmente quiere.
A todo esto, OTRA generación de niños y adolescentes en esta familia quedan con la cabeza frita.
Lo del titulo.
Pobres niños
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