El dicho “desnudar a un santo para vestir a otro” viene de la sabiduría popular que sabe que los recursos son finitos y muchas veces para atender determinada prioridad dejamos de atender y darle recursos (dinero, tiempo, energia, atención, lo que sea) a otra prioridad.
Por ejemplo, si tenemos X cantidad de dinero, no nos alcanza para comprar tooooodo lo que quisieramos tener, por lo cual ponemos nuestras prioridades economicas en orden (si sabemos manejar nuestra economia) y si A es mas importante que B, gastamos el dinero en A y no en B, porque si lo gastamos en B, desnudamos (descuidamos, dejamos de atender) la necesidad de A.
Lo que nos queda claro a nivel manejo del dinero, no le queda claro a mucha gente en el concepto “tener claro el orden de las prioridades en la vida” dado que toooodo no podemos conseguir.
Imaginemos nuestra vida como una consola con perillas, cada perilla es una de las intenciones u objetivos que tenemos, tanto mas arriba esta la perilla tanto mas estamos contribuyendo a obtener ese objetivo representado por esa perilla, cuando mas abajo está la perilla, menos estamos contribuyendo a obtener el objetivo representado por esa perilla.
Cada acción que hacemos en nuestra vida (y cada acción que nos frenamos de hacer), cada cosa que decimos o que decidimos dejar de decir, genera un efecto en varias perillas, a algunas las sube (o baja) un poquito, tan chiquito que no lo podemos apreciar, a otras las sube (o baja) ya un grado que podemos apreciar, a otras las sube (o baja) de forma importante.
No hay acciones neutras.
Alguna perilla siempre está subiendo y otra siempre está bajando en cada decisión de nuestra vida.
Cuando tenes claro cuales son las perillas de tu mente, podes antes de actuar preguntarte, ¿como va a afectar esta decision a cada una de las perillas?
Tooooodo no se puede.
TODO NOOOOO SE PUEDE.
Por lo tanto siempre en cada asignación de recursos (tiempo, energia, atención, dinero, etc) estamos desnudando un santo para vestir a otro.
El tema es que el santo desnudado (la perilla que se bajar no sea mas importante que el que vestimos (la perilla que se sube) porque si no, nos transformamos en el peor enemigo de la calidad de nuestra vida.