La mente puede estar operando en determinado momento en alguna de estas 3 modalidades, pasado, presente, futuro, pero nunca en mas de una modalidad a la vez.
O en el pasado (recordándolo, sea con ternura o con rencor, o tratando de digerir y entender algo que pasó en el pasado).
O en el presente, viviendo la experiencia a full y captando los mil y un detalles de la experiencia que normalmente pasan desapercibidos.
O en el futuro (preocupándonos, o ocupándonos, por ejemplo cuando pensamos en alternativas, planificamos, etc).
Las tres modalidades son imprescindibles
1) el que no aprende del pasado está condenado a repetirlo (cambiando de escenario y de personas, pero repitiendo el mismo patron de significado, el mismo aprendizaje)
2) el que no disfruta del presente nunca termina “viviendo”, porque solo se vive en el presente, estando totalmente inmerso en la experiencia.
3) el que no planifica y se prepara para el futuro, invirtiendo parte del tiempo presente en hacer un futuro mejor, termina viviendo muchos presentes menos agradables de lo que podría y debería vivir, dado que el mañana se transforma en hoy, y luego en otro hoy, y luego en otro hoy.
¿Cual es la “dosis” adecuada de cuanto pasado, cuanto presente y cuanto futuro utilizar en las modalidades mentales?
No hay recetas, pero lo primero a tener en cuenta es que las TRES son importantes y las TRES tienen lugar en el buen vivir.
Y obviamente hay un momento adecuado para cada uno, ejemplo, si estas haciendo el amor, o en la playa disfrutando del sol, o charlando disfrutando con amigos, ese NO es el momento adecuado ni para rumiar con el pasado ni para ocuparse o preocuparse del futuro.
Pero el consejo de estar siempre presente en el “ahora” es un PESIMO consejo, porque ocuparse de digerir el pasado y de planificar el futuro son parte imprescindible del crecimiento personal.