Tenemos una cárcel llamada Libertad, un Arroyo Seco, un Cerro Chato y el Estadio Charrua está en el medio del Parque Rivera (Rivera exterminó a los indios charruas en mi país)
Hay “llamadas” (fiesta en que la gente toca los tambores) en Durazno, Melo y San Carlos, pero no en el pueblo llamado Tambores.
Un paseo para niños se llama Villa Dolores.
En la plaza Cagancha no hay baño y la Organización del Fútbol del Interior sesiona en Montevideo.
En Punta del Este los pobres viven en el barrio Kennedy y los ricos en el barrio Cantegril (llamamos “cantegriles”, en el Uruguay, a los barrios de los mas pobres con casas de lata)
En el pueblo llamado Aguas Dulces solo hay agua salada y en Tarariras (la tararira es un pez) no hay río ni arroyo.
Los duraznos se crían en el departamento de Canelones, no en el departamento de Durazno.
En la Isla de Flores no hay ni una margarita.
Nuestro país no tiene nombre, solo sabemos que esta el este del Rio Uruguay (el nombre de mi país es República Oriental del Uruguay).
La Escuela Nacional de Vitivinicultura, fundamental para la elaboración de vinos de calidad, se llama Tomas Berreta (“berreta” se le dice en mi país a lo mas común y de baja calidad)
Posdata: y el prócer de nuestro país, Artigas, fue solo un “ganador moral” porque siempre perdió todo lo importante que quiso lograr y se fue derrotado al Paraguay donde murió de viejo sin conseguir nada de lo que quería. Todos los ciudadanos de todos los países quedan “impregnados” desde la escuela primaria por la mística de sus respectivos próceres (lo cual aprenden en la escuela) y por lo tanto en el fútbol, la pasión uruguaya, ves a menudo como un cuadro de fútbol uruguayo solo empieza a jugar con reales ganas de ganar cuando va perdiendo, porque es AHI que se siente “realmente uruguayo”, en su salsa, dado que hemos iniciado nuestra existencia como país perdiendo y luchandola de atrás. El Uruguayo nació en función del “empate” entre los imperios español y portugués, para que ninguno de los dos ,a través de Argentina y Brasil, pudiera quedarse con el puerto de Montevideo (excelente puerto natural). Y es ahí donde los uruguayos somos maestros, en el arte de evitar que otros logren ganar sus objetivos. Somos el único país del mundo cuyos espectadores aplauden cuando un defensor se tira a los pies del atacante del cuadro contrario y le tira la pelota afuera. El objetivo no es tanto ganar sino que otros no puedan ganar (haciéndonos un buen ataque y un buen gol). Somos un país cuyo cuadro de fútbol cuando tiene la pelota en lugar de empezar a correr endemoniadamente hacia el arco contrario, para la pelota y hace un pase para atrás, tenemos pánico de ganar y fallarle a Artigas igual que los hijos tienen miedo de superar a sus padres (a menos que crezcan como personas). Somos un país de geografía totalmente plana y chata y si ves a los uruguayos como se visten dirías que su principal objetivo es no llamar la atención, igual que nuestra geografía (por la misma razón los brasileños son de un carácter exhuberante y los finlandeses de un carácter frío).
Esa chatura “natural” impregnada en nuestra psique hace que sea un deporte nacional bajar a cascotazos a toda persona que intente destacarse por algún éxito personal (en lugar de lo que hacen en otro país que la admiran y tratan de igualarla) porque ser exitoso es (inconscientemente, pero es) una especie de “traición a Artigas que se supone es nuestro padre (fundador)”.
El software mental sin embargo es muy influenciable por la noosfera mental del medio ambiente en que uno está, por lo tanto los jugadores uruguayos cuando van a jugar a cuadros de Europa, se impregnan del patrón de vibración mental del país huésped y empiezan a pensar y jugar al fútbol con el estilo ganador (no solo sin miedo a ir ganando sino con ganas de ir ganando y permiso interno de ir ganando) de sus países huéspedes.
Pero en cuanto son llamados a defender el cuadro nacional uruguayo y se ponen la camiseta celeste, es como cuando alguien que hace años vive afuera del hogar paterno y se fue a otro continente vuelve para navidad y pasa unos días con la familia y toda la mecánica mental vuelve a aparecer, ahí los jugadores uruguayos se “olvidan” de como juegan al fútbol en sus países huéspedes y vuelven a jugar como verdaderos uruguayos.
Esta critica a lo que veo como defectos uruguayos es una descripción de lo que nos pasa a TODOS los seres humanos cuando no crecemos lo suficiente para EXTIRPAR el software implantado en nuestras mentes cuando somos chicos por nuestras familias y sociedades de origen.
Porque no somos ni nuestro cuerpo ni nuestro cerebro sino el PILOTO de la psique para el que el cerebro es solo el “piloto automático” reprogramable. El PILOTO tiene LIBRE ALBEDRÍO y puede decidir que software de creencias y actitudes y expectativas y objetivos ponerle a la computadora cerebral. Para lo cual el primer paso es TOMAR CONCIENCIA de cual es ese software instalado de creencias y hábitos mentales y de identificaciones mentales y de intenciones inconscientes.
Y luego ELEGIR si es lo que queremos o no para guiar nuestra vida de aquí en adelante.
Los uruguayos somos asi (sacado de internet)
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