Si rascas un poquito, la mayoria de las mujeres lo que mas valoran en su hombre es su capacidad de protegerlas, y por eso el “poder” es el gran afrodisiaco masculino y los que tienen mucho dinero, o mucha inteligencia, o mucha fama, consiguen mucho mas facilmente pareja que la gente con poco dinero, poco inteligente, que no la conoce nadie (y sin embargo, el buen corazón, la fidelidad, el compañerismo puede ser el mismo en una persona pobre que en un rico, en una persona poco inteligente que en una muy inteligente, en una persona que no lo conoce nadie y en una persona muy famosa)
Hay hombres cuyo carácter es paternal y obviamente, por la ley de los complementos, el tipo de mujer que atraen es una mujer con cuestiones de “papá” pendientes (por no haber tenido buen padre protector o por haber perdido tempranamente al padre).
Y hasta ahí todo bien, porque las buenas parejas se hacen cuando se juntan el hambre con las ganas de comer, o sea cuando las características de ambos son complementarias.
El peligro de los hombres paternales y de las mujeres que buscan la protección paternal en su hombre es la cuestión de DOSIS, porque todo lo bueno, exagerado en su dosis, se torna en malo, dañino o destructivo.
Y lo que se puede exagerar aquí es:
1) por el lado del hombre “paternal” el sentimiento de derecho a mandar y disponer (como pasa en la relación real padre/hija)
2) por el lado de la mujer “niña en necesidad de padre” que deje de ser agradecida por lo que recibe (porque en las relaciones padres/hijos la flecha va en un solo sentido, en el de dar los padres a los hijos y eso se toma como natural, no hay premio medalla y beso solo por cumplir con el deber) y al contrario, exija aun mas de lo que recibe (aun cuando está recibiendo mucho mas que la mujer promedio de su pareja) porque los niños siempre quieren mas, mas, mas y son los padres que ahi tienen que poner limites y decir “no”.
En resumen, no hay absolutamente nada malo en la relación hombre paternal con mujer “niña en búsqueda del padre perdido” mientras ambos tengan el sentido común de mantenerse en el rango de la dosis normal.
Pasada la dosis, lo bueno se transforma en malo, la protección se transforma en no dejar libertad de ser y el pedido de protección se transforma en uso y abuso.