Me encanta cuando aprendo algo de una conversación. Ayer aprendi algo de una conversación y me lo enseño alguien que tiene la edad de mis hijos. Me dijo “yo creo que el que mi generación se haya criado inmersa en la computadora, los jueguitos, Facebook etc, hace que las nuevas generaciones no capten bien la idea de que existen los derechos de los demás, porque en MI muro, en MI computadora, mando yo, soy el dictador yo, y al que no me gusta lo exilio/bloqueo, etc, etc”. Las relaciones de pareja, las amistades, requieren del aprendizaje de que existe un OTRO no solo YO, y no nacemos sabiendo eso, lo aprendemos. Y vivir encerrado en MI propio mundo (cibernético, en este caso) donde mando siempre YO, es el peor de los ambientes donde aprender a relacionarme de verdad con las otras personas, sus necesidades y sus derechos y sus puntos de vista. Es como criarse “hijo único y ademas consentido y mal criado sistematicamente”, pero multiplicado por diez (porque los hijos únicos consentidos y mal criados antes por lo menos tenían a un OTRO en los juegos en común, en situaciones de socialización). Y así les va a las nuevas generaciones en las relaciones de pareja. No les duran nada ni siquiera tienen la expectativa de que les dure (en comparación a generaciones anteriores). Y pongo como anécdota de este tema algo reciente que me paso, en un entredicho que tuve con una persona en Facebook, que luego de haber sido yo insultado gravemente en su muro, no le temblo la mano en escribir “en mi muro mando yo si no le gusta que se retire” (con cero conciencia que aun siendo en SU muro, si me insulta tengo derecho a devolverle el insulto). Tenemos el derecho de bloquear a quien no queramos en nuestro muro, (por supuesto) pero a menos que hayamos aprendido a ser pichones de nazis, no tenemos el derecho a insultar gravemente a nadie en nuestro muro; a mi eso me parece obvio, a esa persona (mas o menos de la misma edad que el que me enseño este concepto arriba descrito) su mundo ciberenetico le pudrió la croqueta y le hizo olvidarse que aun dentro de nuestra casa, aun dentro de nuestro muro, los derechos de los demás cuentan. Cuando uno esta consciente de algo, eso lo “maneja” menos a uno. Escribo esto para los jovenes. Para que esten conscientes y en guardia de lo que ese otro joven me enseño ayer en nuestra conversación, de que las nuevas generaciones NO se están entrenando en la relación empática con los demás y sus derechos al estar inmersos en el mundo cibernético.