Hay tres tipos de mentiras: las chiquitas, las medianas y las grandes.
Alguna vez todos decimos mentiras chiquitas, hay que tratar de acercarse lo mas posible al cero.
Si uno hace una mentira grande, sabe que se está jugando el todo por el todo, porque de ser descubierto, pierde la confianza y posiblemente la relación (o al menos la calidad de la relación que es casi tan grave como perder la relación)
Ahora si vas a perder la relación, que la pierdas por haber mentido en una mentira mediana (que te hace perder la confianza igual que una mentira grande) es tan idiota como ir preso 5 años por robarte una bicicleta.
Digo esto porque noto que hay gente que miente, miente y miente, incluso a los propios hijos. Sin darse cuenta que se está jugando todo el prestigio personal en CADA cosa que les dice y promete a sus hijos (o a su pareja, o a su amigo, o a su jefe, o a sus padres) porque cuando hablo de relación, no solo hablo de las relaciones de pareja sino de todas las relaciones importantes de la vida de uno.