Es cierta la frase “no existe mal que por bien no venga”.
Pero si algo malo vale 83 de mal (en una escala del 0 al 100) y lo bueno generado como consecuencia de eso malo es 31, dado que 83 – 31 = 52, el resultado final es un daño de 52, que es mucho.
Y mencionar el 31 de bueno generado como que “valió la pena lo malo” es un sinsentido si el saldo final es malo y nada menos que 52 de malo.
Muchas personas necesitan evadirse de la realidad porque la realidad les duele y algunas utilizan el mecanismo de la falsa espiritualidad para su evasión (digo falsa espiritualidad porque no son verdaderamente espirituales, porque confunden sus fantasías con la realidad en el terreno espiritual y porque usan la faceta espiritual de la existencia como otros usan la TV o las drogas, como forma de evasión de su propia responsabilidad en “eso que le pasó” en la vida)
Por ejemplo: si un borderline, por mal manejo de su vida, ha perdido relaciones valiosas, trabajos y hasta carrera profesional (cosa muy usual en la vida de un borderline, por inestabilidad emocional, por impulsividad sin pensar en las consecuencias y/o por inflexibilidad de cambiar de rumbo una vez que uno tomo una decisión, incluyendo en eso a las malas decisiones) en varios casos se ha visto que termina desarrollando teorías espirituales que dicen que Dios, o el Universo o la vida les quitó eso para facilitarles su evolucion espiritual.
Y no es cierto.
Es como los izquierdistas que parecen desarrollar teorías políticas donde rico=malo y pobre= bueno siendo que hay malos y buenos en todas las clases sociales y la pobreza no es una virtud ni te hace mejor persona.
Y las personas que han sufrido pérdidas innecesarias por malas decisiones de vida no se vuelven mejores personas por ello.
Hay pérdidas necesarias (como que se te mueran los padres, alguna vez, por la ley de la vida y la diferencia de edad entre padres e hijos) y hay perdidas innecesarias, que la gente sufre no porque lo genere el Universo, no porque lo genere Dios, no porque lo genere “la vida”, sino porque lo generó uno mismo y las malas decisiones y acciones que uno cometió en su vida.
Las pérdidas no lo convierten a uno en mejores personas por haber perdido todo eso, simplemente lo convierte a uno en alguien que habiendo podido vivir mejor, no supo manejar su vida y terminó peor de lo necesario.