En contra de lo que mucha gente piensa, recordar algo del pasado de uno NO es como poner “play” a un video de lo ocurrido antes y verlo nuevamente.
La memoria del pasado tiene mucho de invento.
Para entenderlo vamos al inglés; recordar es “to remember”. Remembrar. Re – membrar.
Agarrar los miembros (partes) de algo y volverlo a armar (en la mente).
Como quien tenía una pieza armada de muchas partecitas del juego Lego, las desarma en sus componentes, pone las piezas en la caja con el resto de las piezas, y luego al año o después de diez años uno se dice “voy a armar las piezas de nuevo” solo que ahí algunas de las piezas nos olvidamos que eran parte de la figura a armar de nuevo (por genuino olvido o porque nos sirve olvidarnos) y/o le agregamos piezas Lego que están en la caja (llena de piezas, partes que eran de la figura original y partes que nunca estuvieron en la figura pero si en la caja) porque genuinamente nos equivocamos o porque nos sirve agregarle esos miembros al remembrar para que lo que armamos como recuerdo nos sirva más.
“Nos sirva más” en que sentido?
También ahí el idioma nos ayuda a entender.
Recordar viene del latín ricordare, re = de nuevo y cordar viene de “cordis” que en latín es corazón (el latín es el precursor del idioma italiano).
O sea que recordar, cuando se trata de nuestro pasado, implica también volver a sentir con el corazón ese recuerdo.
Y cuando se mezclan los sentimientos se pierde la objetividad.
Como preferimos sentirnos bien a sentirnos mal, cuando recordamos, remembramos la cosa distorsionando el recuerdo, quitando y agregando cosas (“miembros”, piezas del Lego) para que el “cordis” se sienta más feliz o menos infeliz al ver la figura rearmada.
Por eso lo del título, “la memoria no es lo que parece” y parte del crecimiento personal es estar conscientes de este mecanismo, para no hacernos trampas al solitario, sino aplicar el principio de “la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad” también al recordar nuestro pasado, sin agregar ni quitar, sin aumentar ni disminuir, exigiéndonos objetividad y veracidad en el ejercicio de la memoria.