La luna de miel, el viaje que hacen los recién casados, es un invento humano, igual que la rueda.
Cosas que alguien alguna vez se imaginó y lo probó, le dio buen resultado, luego otra gente lo vio y lo imitó, le dio buen resultado también, y así “eso” se fue extendiendo hasta que al fin se terminó convirtiendo en costumbre universal.
Pasando generaciones de “usar eso” las personas pensaban que siempre el ser humano había usado ruedas para transportar objetos y/o personas (y no, antes de inventarse la rueda la gente arrastraba los objetos y caminaba o llevaba en andas a la otra gente si quería desplazarlas) o pensaban que siempre la gente había ido de luna de miel, si podían pagársela, y no, eso fue un invento humano que se adoptó porque “funcionaba”.
Entender por que la rueda “funciona” para mejorar la vida humana es fácil; entender por qué la luna de miel “funciona” para mejorar la vida humana es el objetivo de este posteo.
Uno de los objetivos del matrimonio es que dure.
A diferencia de otras formas de relacionarse, el matrimonio es una forma de relacionarse que implica el objetivo de “para siempre” (o como mínimo de largo plazo) y eso requiere que sea en las buenas Y EN LAS MALAS.
En las malas la gente tiende a separarse más que en otros momentos por lo cual todo aquello que sirviese para cimentar y fortalecer la unión de dos personas para poder sortear las tormentas de “las malas”, ayudaba a cumplir el objetivo de ese otro invento humano: el matrimonio.
Y la luna de miel es una de esas cosas cuyo efecto posterior sirve exactamente como fortalecimiento de la unión (fortalecer no implica garantizar, fortalecer implica fortalecer).
Por qué?
Por lo siguiente:
Las experiencias fuertes vividas en común fortalece el vínculo entre las personas.
El “nosotros” se nutre no solo del futuro proyectado “en común”, sino de las cosas que se vivieron juntos, esas cosas que uno vivió solo con ESA persona, de ESA manera, en ESAS circunstancias.
Tal como dice un anuncio que vi hace un par de días que buscaba vender al lector del anuncio la idea de viajar, viajar es “coleccionar experiencias”. Un matrimonio que empieza su vida en común coleccionando en conjunto entre ambos las fuertes experiencias que te da un viaje, ponen un capital útil en construir ese “pasado en común” que es uno de los cimientos de un matrimonio.
Hay una segunda ventaja de la luna de miel como invento humano que prosperó y fue adoptado.
Tiene que ver con el dicho “cría fama y échate a dormir” y con ese otro dicho que dice “la primera impresión es la que cuenta”.
En una luna de miel se pasa especialmente bien.
Y empezar el matrimonio pasando “especialmente bien” crea una asociación mental favorable entre placer y esa unión matrimonial de esas dos personas en las mentes de ambos.
Lo cual agrega un cimiento psicológico adicional diseñado para ayudar a ambos a navegar las inevitables tormentas de una relación de pareja de largo aliento.
La luna de miel
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