Tenemos dos voces internas que nos dicen cuando algo que vamos a hacer está “mal”.
1) A la primera de estas dos voces internas se le llama en psicología el superego, término inventado por Freud, y se refiere a un chip neuronal que funciona como un grabador interno donde se grabaron los mandatos sobre lo bueno y sobre lo malo, según lo que pensaban y decían nuestros principales referentes, nuestros padres o cuidadores principales, la religión que profesamos, si profesamos alguna, y las normas aceptables de la sociedad en la que nacimos y vivimos. Lo que está grabado en el superego de cada persona varia, por lo tanto, entre persona y persona y entre civilización y civilización y época y época.
2) Pero existe también otra voz interna, la conciencia moral, la cual es independiente de lo que piense y nos inculque nuestra familia, nuestra sociedad o nuestra religión, y que en determinado momento nos puede avisar “esto está mal” aun si el superego dice “está bien” o viceversa, nos dice “deberias hacer esto” aun si el superego no nos avisa nada al respecto.
El crecimiento personal requiere entrenarnos en escuchar la conciencia moral, así como tomar con pinzas la influencia que el superego tenga en nuestra conducta, para poder pensar con nuestra propia cabeza.