El filósofo alemán Hegel le daba el término de “héroes cósmicos” a las personas cuyas almas aceptaban ser “los malos de la película” (como Hitler, Napoleón, etc) y por lo tanto a ser odiados por millones, pero sin cuya participación en el devenir de la Historia (viendo a la vida humana como una especie de obra de teatro sobre el escenario de un planeta llamado Tierra) el devenir no seria el que debía ser (ya que muchísimas veces de las grandes crisis y sufrimientos salen mas tarde o mas temprano un gran paso adelante en la evolución).
Lo que Hegel aplicaba para la Historia Humana, yo lo aplico a la vida particular de cada uno de nosotros.
Los “malos” de nuestra vida, en el sentido de que nos hacen daño y nos hacen sufrir, son muchas veces parte imprescindible, cuando lo vemos con el diario del lunes, de nuestra evolución personal.
Y viceversa cuando nosotros somos los malos de la vida de otra persona o al menos ellos nos ven así.
No digo que sea siempre así.
Digo que muchas veces es así.
Hay malos que son malos al pedo, y HAY sufrimiento sin sentido.
Pero cuando uno saca un poquito la cabeza del diario vivir y sus dolores y pequeñas miserias, no queda otra cosa que agradecer a los enemigos puntuales que nos han hecho daño a través del cual y gracias al cual hemos podido avanzar en nuestro crecimiento personal en cosas que no quisiéramos habernos perdido porque estamos orgullosos y contentos de como somos hoy.
La astrología lo ha descubierto desde hace milenios.
La “casa 7″ (área del cielo que ocupa mas o menos 30 grados de los 360 grados de la esfera) es la casa del matrimonio, de los socios comerciales y de los enemigos.
O sea se pone al enemigo, o sea a las personas que mas daño te hicieron en la vida de forma continuada, en el mismo rubro que el matrimonio, un PACTO (esta vez no hablado ni consciente) en que cada uno va a hacer para el otro determinado rol que servirá para el aprendizaje de uno de ambos o de los dos.
Cuando estas en el fragor de la batalla, pensar en algo así nos parece ridículo, pero cuando la batalla terminó, verlo te hace subir un par de peldaños en el crecimiento personal.