El cerebro calcula la tasa de coagulación de la sangre que fluye en el organismo que es ideal para el momento que se está viviendo.
Durante decenas y decenas de miles de años de evolución del cuerpo humano, la mala sangre (alta tasa de coagulación de la sangre circulante) se generaba cuando uno estaba encolerizado, y eso estaba asociado a la batalla, sea contra un animal o contra otros seres humanos (antes se vivían mucho en la ley de la selva y del mas fuerte y mas agresivo en batalla).
En batalla tendes a generarte heridas importantes y ahí para no morirte desangrado es importante que la sangre se te coagule mucho mas rápido para formar un tapón en la herida.
Pero luego de tantos miles de años de evolución, el cerebro y cuerpo ya están programados (porque esa variante genética fue la que dejó mas descendencia, los otros se murieron desangrados) para que cada vez que uno se encoleriza y se hace “mala sangre”, haga la sangre mas rápidamente coagulable, para formar con rapidez tapones, solo que los tapones que se forman hoy en día por la sangre con alta tasa de coagulación se llaman obstrucciones arteriales y el resultado es el infarto.
Adquirir equilibrio emocional y perspectiva para tomar las varias e inevitables frustraciones de la vida sin hacernos tanta mala sangre, es el requisito indispensable para contrarrestar esta programación cerebral que fue hecha para otras épocas diferentes a la modernidad.