No hay mal que por bien no venga.
Y hay una cosa buenísima generada como consecuencia de los últimos acontecimientos terribles en Venezuela.
Ha hecho caer la careta a todos los fascistas de izquierda en Uruguay, Argentina y demás países que hasta hace pocos días nos trataban de engañar tratando de aparecer como demócratas de izquierda.
Esos que hoy apoyan a Maduro, con su silencio cómplice o apoyos directos, si los hubieran dejado tener el nivel de poder, a través de elecciones, que Chavez obtuvo, generarían el mismo tipo de fascismo de izquierda en nuestros países que el que Maduro terminó de instaurar en Venezuela.
Los fascistas disfrazados de demócratas usan la democracia para llegar al poder pero una vez que lo tienen lo utilizan sin respeto a los derechos de las minorías, hacen que el Poder Judicial deje de ser independiente, y desconocen al mismo pueblo que dicen defender cuando pierden las mayorías.
Y ahora los votantes podemos saber quién es quién y cuales son o no son sus credenciales democráticas.
Para saber a quien votar (dentro del partido que sea de tu preferencia) en las próximas elecciones.
Posdata: no es cierto que todos los izquierdistas de mi país apoyan a Maduro, ni cerca; pero entiendo la rabia del Puma Rodriguez contra el Uruguay (ver adjunto) como un todo, porque las cosas se rigen por los resultados, y el resultado, en mi país, es que la izquierda fascista dentro de la izquierda, una minoría, tiene “secuestrada” políticamente a la mayoría de su propio partido (ni hablar del resto del país), en estos temas ideológicos que les nubla el entendimiento. El Uruguay tiene una larga tradición democrática donde fascismo de izquierda y fascismo de derecha son tomados como igualmente anti uruguayos.