Cuando una persona toma una decisión equivocada de vida y no lo quiere asumir, cría a sus hijos en una especie de hipnosis colectiva para que se convenzan de que 2 + 2 = 5 de modo de avalar como correcta esa decisión de vida equivocada de la madre (o del padre).
Luego esos hijos cuando grandes se eligen amistades que comparten la misma creencia de que 2 + 2 = 5
Y crían a sus hijos a su vez para que estén convencidos de que 2 + 2 = 5 (y que esa elección que hizo la abuela o abuelo fue la “correcta” y la que “hay que hacer”)
La calidad de vida de una persona depende de la salud y la salud es tanto física como psicológica.
La calidad de vida de las personas criadas en estas familias de creencias disfuncionales, o sea que no están preparadas para “funcionar bien” se nota, cuando consideras como le va en la vida a los hijos y luego a los nietos.
Y es una lastima.
Porque 2 + 2 = 4 aun si no te gusta o deja mal parado a tus padres o tus abuelos y resto del grupo familiar “enfermo” de confundir una falsa creencia con la verdad.
Y tarde o temprano surge, en estas familias enfermas, la oveja negra, que en este caso es la oveja multicolor, que dice el equivalente a “están todos equivocados, 2 + 2 no es 5, es 4″.
Se requiere mucho coraje para ser una oveja multicolor en una familia enferma disfuncional porque el resto de la familia la señala con el dedo como la oveja negra, la traidora a los cánones familiares, la equivocada, la egoista (la cantidad de epítetos descalificativos es larga).
La oveja multicolor, la mentalmente clara y emocionalmente valiente del grupo familiar, es la que empieza el lento camino a la sanación del árbol familiar, para el futuro de ese árbol (lo ya podrido en general permanece podrido en el árbol pero hay partes que se salvan, ni hablar de las nuevas generaciones que empiezan a darse cuenta que 2 + 2 = 4 y siempre lo fue).