Si tenemos un tema pendiente de nuestra niñez con alguno de nuestros padres, luego cuando nos hacen algo que del 1 al 100 vale 15 como “daño”, lo sentimos como si nos hubieran hecho 90, reaccionamos como si nos hubieran hecho 90, y todo ese plus de reacción de diferencia entre 15 y 90. o sea toda esa reacción adicional 75 (90 -15 = 75) que no teníamos derecho a hacer, nuestra pareja lo toma como una agresión gratuita de nuestra parte, y por lo tanto y con todo derecho nos devuelve ahora una agresión 75 para igualar.
Si con 15 nos pareció vivir una agresión 90, y reaccionamos por 90 que no existió, imaginate lo que sentimos ahora con 75 que nos hacen, lo sentimos como que se rompe la escala del dañometro y se arma una pelea que o no tiene retorno o queda como cupones a cobrar en el futuro.
Repetida esta situación suficientes veces, se rompe la pareja o la calidad de la relación (y no se que es peor).
No hay atajos, ser feliz en pareja requiere dos personas sanas a nivel emocional (sanas no es “perfectamente equilibradas”, no existe la perfección ni es necesaria, sanas implica que no se aplica el cartel adjunto).
Nota: no hay relaciones sin agresiones 15 mutuas, sea porque uno tuvo un mal día o porque hizo o dijo algo que no fue oportuno. Una relación viable sabe superar los problema 15 y los problemas 45 también. Mas aun, una relación es tanto mas fuerte cuanto mayor es el nivel de problemas que surjan que saben ambos resolver con comunicación, comprensión mutua y apuesta al futuro. Pero nadie es capaz de comunicarse bien, comprender y apostar al futuro cuando sangra de heridas que vienen del pasado y se cargan a la cuenta corriente del que tenemos al lado.