Descartes se equivocó cuando dijo su frase “pienso, luego existo”, como queriendo decir que lo que nos hace humanos, y diferentes que cualquier máquina inteligente, es la capacidad de pensar (analizar, evaluar, calcular alternativas, sopesar costos y ganancias, decidir cursos de acción, recordar, anticipar).
No, no es así, las computadoras mas poderosas modernas hacen todo eso, o sea, también piensan. solo que Descartes ni se podía imaginar en su época, la existencia de las computadoras. Es mas, las computadoras mas poderosas de la actualidad (imaginate lo que sera en 20 años o en 50 o en 100) YA le ganan a los mas genios en sus respectivas actividades pensantes, ejemplo, le ganan al campeón del mundo de ajedrez en dicho juego o calculan como navegar el transbordador espacial mucho mejor que lo haría un piloto humano, al aterrizar.
Lo que diferencia al ser humano de una maquina biológica inteligente, no es pensar, es el libre albedrío.
Ninguna maquina tiene libre albedrío, ni siquiera el cerebro humano.
De la misma manera que cuando recién compras una computadora y la sacas de la caja esta ya viene con programas instalados, el cerebro del ser humano ya viene con software pre instalado, lo llamamos instintos. Y al igual que a la computadoras, aparte de los programas ya preinstalados desde el inicio, se le va agregando nuevos programas, nuevo software (en el caso del cerebro humano, lo llamamos aprendizaje y las computadoras más modernas ya saben “aprender” por sí mismas sin necesidad de instalarles nuevos programas).
Las computadoras (como el cerebro, que es una computadora biológica) solo pueden elegir según un programa instalado que según los algoritmos del programa y según las circunstancias, y según los objetivos también programados en el software, “eligen” uno un otro curso de acción.
No tienen lo que llamamos “libre albedrío”.
Si vas a una librería especializada en neurociencia fijate en los libros que ahi se exhiben, anda al indice y busca por la “L” el tema del “libre albedrío”.
Te vas a llevar la sorpresa que no va a estar el tema.
¿Por que?
Porque los neurocientificos saben que el cerebro puede pensar y elegir opciones pero no “hace” eso que llamamos “libre albedrío”.
El libre albedrío es un caso muy especifico de elección, que esta libre de toda programación previa del software instalado en la computadora (cerebro) y puede ir a contracorriente de dicha programación previa.
2) El sistema legal, al igual que la neurociencia, no considera que el libre albedrío lo hace el cerebro. Si considera que un criminal que mató a alguien lo hizo porque “le falló el cerebro” no lo envía a la carcel sino al Hospital (psiquiátrico en este caso) para que le “reparen el órgano dañado”.
3) El meditador que intenta acallar de todo pensamiento se da cuenta que por más que el quiera, muchas veces su cerebro sigue pensando, recordando, preocupándose por cuestiones de futuro, etc y cuando le insiste “cállate, quiero meditar” su cerebro sigue haciendo de las suyas y ahí ZAS! descubre “experiencialmente” que el no es su cerebro, que el es EL OBSERVADOR que puede observar a su cerebro tener pensamientos.
Lo cual lleva a la pregunta de QUIEN es ese que
a) tiene libre albedrío y luego usa al cerebro y al cuerpo para llevar a cabo sus intenciones y
b) puede observar a su cerebro tener pensamientos y sentimientos y emociones y recuerdos y preocupaciones.
Lo cual te lleva a la existencia de algo o alguien “no maquina”, capaz de libre albedrío y de observar a su computadora cerebral en funcionamiento.
Es ese alguien a bordo de nuestro cuerpo y cerebro lo que nos hace humanos, o sea seres, no maquinas inteligentes únicamente.
“Elijo, luego soy” (versus “pienso, luego existo”)
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