Te adjunto una noticia local de mi país Uruguay que sirve para entender un tema interesante.
El asunto puntual es lo que pasó en una escuela pública de un barrio carenciado.
Un niño de 11 años lo notaba la maestra como que no estaba cuidado en el hogar y citaron varias veces a la madre, que no fue.
Al final la madre fue y la maestra le explicó lo que veia problemático en su hijo, y la madre la agarro a golpes de puño en la cara y patadas en el estomago contra ella.
Luego se fue, luego volvió a los minutos y busco a la directora y golpeó a la directora.
Esta mujer agresora tiene 26 años y ya tiene SEIS hijos.
Cuando fue a declarar a la justicia por su agresión, su defensa es que “la maestra y la directora la agredieron primero por lo cual actuó en defensa propia”.
Fue presa.
Ahí termina la anécdota pero en realidad sirve para entender lo que hacen muchas personas, de todos los niveles sociales y educativos.
Me explico.
Esta mujer agresora no miente conscientemente, cuando dice que la maestra y la directora la agredieron primero, no tendria sentido tal mentira porque muchos vieron el evento y saben que ni la maestra ni la directora le tocaron un pelo, ni usaron insultos ni ninguna otra forma de violencia verbal.
La supuesta defensa de la mujer nos parece simplemente una mentira burda.
Entonces?
El tema es que a nivel psicológico, esta mujer, cuando la maestra y la directora le dijeron la VERDAD, de que ella como madre no estaba cumpliendo su rol de cuidar de su hijo (al punto que luego la justicia está viendo que hacer con los otros cinco hijos porque están todos en la misma situacion de mal trato y mal cuidado por parte de su madre), SE SINTIÓ totalmente agredida.
Y su analfebetismo emocional no le permite distinguir “sentirse agredida” de “ser agredida”, a pesar de que lo que le dijeron maestra y directora, es la PURA VERDAD.
Este “sentirse agredido” cuando te dicen algo que no queres asumir no es prerrogativa de la gente de bajo nivel social
La natural reacción de muuucha gente, en todas las clases sociales, cuando le decís una verdad que no quiere escuchar, es agarrárselas contra el mensajero como si la culpa (y la agresión) fuese del que le está diciendo la verdad a la cara que no quiere escuchar.
A quien le caiga el sayo que se lo ponga.
El que se siente “agredido” por que le decís la verdad
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