¿Tomarías como cajero para tu empresa alguien que fue despedido por robar en el trabajo anterior?
Obvio que no.
Sin embargo miles de veces ha pasado que mujeres empiezan a salir con un hombre casado, se meten con el, le exigen que deje a la mujer para ser su pareja oficial. O sea toman como su pareja, relación que requiere fidelidad, a una persona que comprobadamente es infiel con su pareja actual, lo cual es tan autodestructivo como tomar como cajero a alguien probadamente ladrón en su trabajo anterior.
¿Por que hacemos ese tipo de cosas autodestructivas los seres humanos?
Porque dentro de nuestra mente hay cantidad de subpersonajes que quieren cosas diferentes, cada subpersonaje tiene SU objetivo en la vida, SU intención, y solo tomamos a algunos de esos subpersonajes como los “oficiales” y reconocidos por nosotros como parte de nuestro “yo”.
Por ejemplo, este tipo de mujeres que piensan que van a ser felices con un infiel, se ven “manejadas” en su conducta y su decision de vida por un subpersonaje a la que podemos llamar “la niña herida”, que está tratando de sanar un trauma emocional anterior en que “papá no me priorizó”, y como papá = hombre, si logro que otro hombre me priorice (dejando a su mujer) entonces CREO que a mi niña interna herida la voy a poder sanar con esa acción reinvindicatoria.
Y no, las heridas se sanan con crecimiento personal, nunca así.
Todo lo que hacemos tiene una explicación, una lógica, y para descubrirla tenemos que descubrir al subpersonaje de nuestra psique, la parte no consciente de nuestro “yo”, que reclutó a esa persona, a esa situacion de vida, porque tenía determinada intención, o sea, tenemos que descubrir cual es la “ganancia” para una parte de nosotros mismos que desde otra parte de nosotros mismos llamamos “el problema que tenemos”.
Una persona que quiera crecer siempre postula que las cosas no te pasan, que eso que parece mala suerte es el resultado de la intencion de un subpersonaje de tu mente, que utilizando su intuición, estuvo en el lugar adecuado, con la persona adecuada, de la manera adecuada para que “eso” le “pasara”, y ahí uno se pone a investigar, según el pasado vivido (niñez y adolescencia) que trauma, que asignatura pendiente, configuró a un subpersonaje que creía ganar algo con esa situacion vivida.
Si el que hace eso es el psicologo con el consultante, luego de descubierto el subpersonaje, se lo muestra a su consultante y la “prueba” de que dio en el clavo es que cuando el paciente dice “pah, nunca lo había visto desde ese ángulo” (o frase de similar significado), o el consultante se ríe con una risa nerviosa (reflejo que surge cuando el subpersonaje es “descubierto” y sacado a la luz de la conciencia) o el consultante niega vehemente “no, no NO, de ninguna manera” (cuando un simple “no me suena” hubiera alcanzado, o sea la negación excesiva es síntoma de que si, se dio en el clavo y no, todavía el consultante no se puede decir a si mismo que no fue victima sino cómplice de sus propios problemas los cuales se los buscó, inconscientemente reclutando esa persona, esa forma de relacionarse, ese aguantar, ese promover, ese permitir.
Posdata: la única excepción al titulo de este posteo es la persona que aprendió realmente de su error pasado, y por cada 10 que dicen haber aprendido de sus errores pasados, solo 1 aprendió realmente la lección, los otros 9 van a repetir.
El mejor predictor del comportamiento futuro de una persona es su comportamiento pasado
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