¿Cual es tu contrato de pareja?

Hay un concepto que no todo el mundo tiene claro, me doy cuenta cuando lo charlamos con algún/a consultante.
Cuando se forma una pareja comprometida, se forma con un “contrato”, y no hay diferencia alguna si las clausulas importantes se han puesto por escrito o no, ambos tienen determinadas expectativas sobre lo que el otro/a tienen que “cumplir” para que se de el contrato por cumplido, y cuando la otra parte no cumple, sienten que les “han fallado”, que “no se ha cumplido lo pactado”.
Y ahi vienen grandes problemas en la relación e inclusive la separación y el divorcio.
1) La primera cláusula del contrato es que cada cual “será” como “está siendo” en ese momento, es de ESA persona que uno se enamoró, no de otra persona con similar cuerpo. Muchas parejas que se ennovian jóvenes y se casan jóvenes terminan dándose cuenta que ambos crecieron en direcciones diferentes y quince años después se miran y ya no se eligen, porque ya no son ni parecidos a lo que eran cuando se comprometieron y casaron. Hay veces que estos cambios les pasa a los dos (en direcciones diferentes), hay veces que el cambio solo le pasa a uno de ambos, hay veces que ninguno de los dos tiene cambios sustanciales. Justamente por eso, las personas con mucho crecimiento personal, que por definición van cambiando en la vida, tienden a tener mas separaciones, por este motivo, que las parejas formadas por personas que no tienen el mas mínimo interés en el crecimiento personal y que por lo tanto cambian relativamente poco entre sus 25 y sus 50 años.
2) La segunda clausula tiene varios items y tiene que ver con los derechos y obligaciones de cada uno en la pareja, a corto y largo plazo. La fidelidad sexual es solo uno de entre decenas de puntos que están en este tema de derechos y obligaciones. Si vamos a tener los bienes en comun o con el sistema de separacion de bienes es otro de estos puntos.
3) La tercer clausula tiene varios items también y tiene que ver con los proyectos de vida en común y las prioridades. Si vamos a tener hijos o no, es uno de entre decenas de puntos que están en este tema de “proyectos y prioridades”. Si vamos a priorizar el ganar más dinero o el tiempo libre disfrutado en común, si vamos a priorizar el viajar o el comprarnos una casa mejor, etc etc etc.
¿Tiene uno derecho a cambiar, como persona, de forma de ser, de planes de vida, de prioridades?
Claro.
¿Tiene la otra persona que gustar de ese cambio?
Para nada, cero obligación.
Por lo cual cuando es uno el que cambia (sea en su forma de ser, en sus prioridades, en su proyecto de vida), es uno el que ha roto el contrato de pareja, ASÍ EL CAMBIO HAYA SIDO PARA MEJOR (tal como uno entiende “mejor”)
Cambiar para mejor NO cambia el hecho de que uno ahí rompió el contrato si deja de tener las cualidades que la OTRA persona valoraba a la hora de formar compromiso con uno.
O sea, el otro/a no tiene ninguna obligación de aceptar los cambios que uno tuvo. Capaz que está encantado/a con nuestro cambio y le gustamos aún más que antes cuando formó pareja y se comprometió en la relación o quizás el cambio le parezca muy mal y inaceptable y es su total derecho.
Posdata: tu pareja no es tu madre; y el amor incondicional que muchas madres sienten por sus hijos no es el tipo de amor de pareja

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