Imaginate una persona que tuvo un accidente, un golpe en la cabeza y pierde totalmente la memoria al punto que no sabe quien es, de donde vino (no sabe quienes son sus padres, nada de su origen) ni cuales eran sus objetivos de vida, su vocacion.
Y que lo único que ahora le importa, es vestirse bien y decorar su casa que quede linda, sin que veas que le importe nada el poder recuperar su memoria y saber quien es en realidad y de donde viene y adonde va.
Te parecería MUY RARO ¿no?
Asi es el ser humano actual.
Totalmente despreocupado de su crecimiento personal espiritual, que consiste en leer, investigar, reflexionar, intuir, sobre las preguntas básicas de la existencia
1) quien soy en realidad? soy solo un cuerpo o tengo un alma?
2) de donde vengo? como surgió la vida? que es “estar vivo” mas allá de un corazón latiendo? si tengo un alma existió antes? de que forma? existirá después de la muerte?
3) cual es el propósito de la vida humana en general? y de mi vida en particular?
4) el universo fue diseñado de alguna manera? hubo una inteligencia creadora en el Big Bang original? que intenciones tenia esa inteligencia para crear eso que creó? en que sentido esas intenciones me afectan y debieran afectar mis decisiones?
5) tengo libre albedrio? lo genera mi cerebro? lo genera un “yo” que usa al cerebro para llevar a cabo las decisiones de mi libre albedrio? para que objetivos debo usar mi libre albedrío?
No hay genuino crecimiento personal sin que incluya TAMBIEN el crecimiento espiritual, de forma paralela al crecimiento emocional e intelectual.