Resignarse es pasivo, es decir “no puedo cambiarlo, soy una víctima de estas circunstancias”
Aceptar es activo, es encontrar la forma constructiva en que puedo reorganizar mi vida aun con esa perdida y esa situación dolorosa.
No es “preferir” que haya pasado eso.
Es utilizarlo TAMBIEN como motivación para nuestro crecimiento personal pudiendo retomar nuestro entusiasmo por la vida habiendo reestructurado nuestra psique a partir de esa pérdida sufrida (sea que perdimos algo o alguien que tuvimos en nuestra vida o que perdimos la esperanza de conseguir a algo o alguien en nuestra vida)
Todo duelo bien hecho termina en la aceptación, no en la resignación.
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