Bert Hellinger es el propulsor máximo moderno del perdón a rajatabla a los padres, o, dicho en otras palabras, de honrarlos y respetarlos te hayan hecho lo que te hayan hecho y te hayan pedido perdón o no.
Y muchas personas débiles que necesitan de la aprobación de papi o mami aun cuando papi o mami les hicieron algo muy grave y jamas pidieron perdón ni intentaron reparar y compensar posteriormente al pedido de perdón (porque no hay pedido de perdón genuino sin intento de reparación del daño, en lo que sea posible), toman el hecho de que un tipo que se hizo famoso como Hellinger lo haya dicho como para pensar “está bien que lo haga”.
En otro posteo anterior hable del peligro de perdonar un daño grave sin que te hayan pedido perdón. https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10212810625281422?pnref=story
Hellinger decía lo opuesto a lo que sostengo yo.
Decía que no debíamos condenar ni al padre que abusaba sexualmente de su hija porque eso “era una forma de demostrar su amor”; es mas, que la hija debía dar “el debido respeto” a su padre abusador sexual.
O Hellinger se equivoca o me equivoco yo.
Cuando escuchas dos versiones diferentes sobre cual debe ser la relación con nuestros padres en este tema del perdón (cuando el daño fue grave y no hubo genuino arrepentimiento y compensación) ¿como saber quien tiene la razón?
1) usando TU intuición (lo que te parezca, ES)
2) usando la razón y la lógica, si te decís … “ah no, un abuso sexual continuado del padre a la hija NO ES perdonable”, ahí queda claro que HAY limites sobre cuyo umbral no es sano perdonar al padre dañino que no se arrepintió y compensó adecuadamente, y luego de eso lo que queda es que cada cual se pregunte y se conteste a si mismo cual es el limite sano y lógico de daño grave que requiere que quien lo hizo se haga cargo, se arrepienta genuinamente e intente compensar adecuadamente.
3) usando Google para saber algo mas de QUIEN dijo eso que dijo a ver si su biografía te puede dar un poco de luz sobre esa persona. Por ejemplo en la biografía de Hellinger averiguamos que los padres lo sacaron de su hogar a los diez años y lo internaron pupilo en un colegio católico, donde pasó todo el resto de su niñez y adolescencia, lo cual le debe haber generado un trauma grande como una casa sobre el tema de “cuanto me quieren mis padres, dado que prefirieron que no viviera con ellos”.
Y ahí te das cuenta que todo el tema del “perdón a los padres a rajatabla” que Hellinger promueve está basado únicamente en un trauma particular del que buscó zafar diciendo “gracias mami y papi por haberme quitado de vuestro hogar cuando tuve 10 años sin jamas volver a él”.
Similar “entendimiento” logras cuando averiguas que hay detrás de bambalinas de la historia personal de las personas que promueven el perdón a rajatabla de los daños sufridos aun sin mediar arrepentimiento y compensación por parte de quien dañó.
Posdatas:
1) el crecimiento personal consiste en NO usar nada de lo sufrido de niños como excusa para lo que nos pasa de grandes, porque la vida no está basada tanto en lo que nos pasó como en lo que hemos hecho con eso que nos pasó, utilizando toda circunstancia vivida para fortalecernos y crecer. Lo que no te mata te fortalece y muchas veces los daños sufridos son el combustible que eleva la nave del crecimiento personal.
2) uno puede agradecer a la vida el habernos dado la resiliencia y la capacidad para haber utilizado hasta esos daños para estar como estamos hoy en nuestra vida, y contentos con nuestra vida presente y por lo tanto agradecidos por toda ella (lo cual implica aceptar el pasado que nos llevó al momento presente) pero eso NO IMPLICA agradecer al victimario/a.
Al victimario lo enviamos preso (si es un daño codificado por el código penal) o le cobramos la multa (si es un daño codificado por el código civil) o lo sacamos de nuestra vida por toxico (si es un daño codificado por nuestra conciencia moral como “daño inaceptable”)
3) lo que debemos aceptar incondicionalmente es a la vida y jugar lo mejor posible las cartas que nos hayan tocado en el reparto de nuestro nacimiento, y eso NO significar ni honrar ni respetar ni aceptar ni perdonar a los victimarios que encontramos en nuestro camino de vida, sean desconocidos, amigos o parientes. El crecimiento personal no avala al mal, lo enfrenta y no avala la mentira, la enfrenta.