En época en que mis hijos eran chicos, aprovechaba cada ocasión en que estaba con ellos para enseñarles algo, el equivalente a estos posteos, pero orales (pobrecitos, como se deben haber aburrido, pero en fin, uno no puede con su carácter).
Y uno de los posteos orales repetidos era el siguiente:
“Mientras ustedes son menores de edad, mi responsabilidad es transmitirles mis valores y mis creencias sobre lo que es bueno y que es malo, lo que es cierto y lo que es falso, y todo lo que yo les voy diciendo Uds háganme caso y grabenlo en el cassete mental de la memoria (en aquel momento no había DVD ni discos láser sino que se grababan las cosas en cassetes de cintas): pero cuando cumplan 21 años, uds van a poder pasar todas las cintas grabadas y ahí van a ser ustedes los que elijan dejar o BORRAR lo que yo grabé ahí”.
Mi opinión es que los padres no solo tenemos el derecho sino la obligación de transmitir nuestros valores a nuestros hijos (si no, alguien mas lo hará, el vacío tiende a llenarse con algo, es una ley de la Naturaleza)
PERO al mismo tiempo, debemos dar desde chicos a nuestros hijos el PERMISO OFICIAL para que de grandes hagan lo que les parezca mejor a ellos y crean lo que les parezca mejor a ellos y valoren las cosas en una escala de prioridades según la escala de valores de ellos sin pensar que por cambiar sus creencias y valores están en ningún modo traicionando a sus padres.