En el posteo titulado “la sopa” hablo de que no importa cuantas virtudes tenga una persona, sea tu padre o tu madre o tu pareja o tu amigo, si tiene un defecto descalificatorio, es como que te ofrezcan un rico plato de sopa llena de excelentes ingredientes frescos y sabrosos PERO que contiene una cucharadita de arsenico.
¿La tomas a esa sopa?
No.
A PESAR de las virtudes de la sopa (excelentes ingredientes frescos y sabrosos).
¿Por que?
Porque el arsénico descalifica a la sopa, punto y aparte.
Lo que se debe hacer con personas que actúan contigo con defectos descalificatorios (en hechos actuales o en hechos pasados no reconocidos) es, siguiendo la metáfora de la sopa,
a) escupirlas (si ya entraron a la boca), o
b) vomitarlas o lavarse el estomago (si ya fueron ingeridas).
Lo que en psicología llamamos “soltar” a esas personas y alejarnos de ellas.
Soltar es lo opuesto a tomar.
Vincularnos con personas tóxicas nos hace involucionar en nuestro crecimiento personal, porque las energías se pegan.
Cuidar nuestra dieta es fundamental; y lo que “tomamos” o ingerimos no es es solo comida sino todo con lo que contactamos intelectual y emocionalmente.
Y si algo o alguien representa, por acción o por omisión, los antivalores que profesamos o anhelamos tener, uno de los cuales es el respeto por nosotros mismos y la autoestima, la actitud sana no es “tomar” a esas personas o entidades, sino alejarse de ellas.
Posdata: el daño grave hecho en el pasado y no reconocido en el presente equivale a que el daño te lo hubieran hecho hoy mismo. Porque el mensaje implícito en el no arrepentimiento es una mezcla de:
1) no fue nada grave lo que te hice, no exageres
2) no mereces una disculpa acorde al daño
3) te mereces lo que te hice, o sea la culpa es tuya.
Y ese insulto a nuestra autoestima y bienestar hecho en el presente, por omisión del reconocimiento del daño en su justa medida, actualiza el daño hecho en el pasado y además con multas, recargos e intereses.
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