Esto pasó hace 34 años.
Fui a un clarividente a tirarme las cartas.
Me dijo, “lo veo mudandose a una casa donde se va a ver adelante mucha agua y mucho verde. Y se lo va a vender una viuda con un hijo. Y lo veo haciendo obras de reformas en el piso de arriba”.
Como ingeniero, en esa época dudaba de todo lo “raro” que no se puede “medir en el laboratorio”.
Y ademas en esa época ni pensaba en mudarme.
De modo que esa sesión (única en mi vida, no era algo normal ni usual en mi ir a un supuesto clarividente para consultar nada, y sigo pensando que la enorme mayoría de esta gente que vive de eso son simples charlatanes) pasó al olvido del subconciente.
Pasó mas de un año, hacia muuucho tiempo que me había olvidado de esa “predicción” tan rara (y digo rara porque si uno vive frente al mar en general ve mar, no verde, y si uno vive frente al verde, ve verde, pasto y arboles, no mar) y ahí si, llegó una época en que decidí mudarme.
Dejé una tarjeta en un par de edificios que me gustaba por si se desocupaba un apartamento.
Y seis meses después de dejar la tarjeta y casi dos años después de haber ido a ese clarividente, me llama el portero del edificio avisándome que se había puesto a la venta un apartamento en ese edificio.
Voy, hablo con el portero, me dice “es en el décimo piso”.
En cuanto entré vi azul del agua y mucho verde de pasto y ZAS! me vino a la memoria esa charla tan extraña de tanto tiempo atrás.
Al minuto de conversar con la dueña supe que era una viuda que vivía ahí con el hijo.
Ahí supe que ese apartamento era mio.
Lo fue.
Y en las reformas que le hice, agujeree la planchada que da a la azotea en varios puntos para hacer entrar por ahí el aire acondicionado central que instale en la azotea (lo cual fue toda una odisea para que me dieran permiso en el edificio o sea que de todas las “reformas” hechas en el apartamento, la que quedó en la memoria por las dificultades de la obra fue “esa”)
O sea, que no era una “casa” (que fue lo que debí haber pensado yo cuando me dijo “iba a hacer obras en el piso de arriba, porque un apartamento no suele tener “piso de arriba”). Sino que era un “apartamento” y las obras del piso de arriba que “vio” el clarividente, fueron en la azotea.
Vivo ahí hace 32 años.
Lo del título: que las hay, las hay (y Jung tenia razón cuando hablaba del “saber absoluto” o sea de la capacidad de TODOS NOSOTROS, si tan solo confiáramos en esa voz interna y la entrenáramos, en tener una intuicion taaaaaaan grande, que podemos saber todo sobre todos y en todas partes, pasado, presente y futuro). Y lo mismo que con cualquier otra capacidad, como la capacidad musical o muscular para los deportes, esa capacidad de “intuición”, una de cuyas variantes es la clarividencia, existe en diferente grado en cada persona. Pero existir, existe en todos. Y saberla usar hace un mundo de diferencia en nuestras vidas.
Posdata: las fotos fueron sacadas hace cinco minutos, desde donde posteo, para ilustrar el concepto del posteo.
“No existen, pero que las hay las hay”
Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10212717895803243