Niños y perros están programados genéticamente para amar a sus padres y amos, y necesitan ser aceptados y queridos por ellos para lo cual intentan “agradar” a sus padres y amos y cumplirles sus pedidos, tanto los pedidos conscientes dados en forma verbal como los inconscientes dados en forma “telepática”.
Así como los padres pueden vivir sus asignaturas pendientes a través de sus hijos y muchas veces el vivir sus asignaturas pendientes lo piden telepáticamente (o sea lo piden sin usar palabras siquiera, en “mails telepaticos” que van de inconsciente a inconsciente), los perros hacen lo mismo con sus amos que los niños con sus padres, les “leen el pensamiento” o “captan sus energías”, o … usá el término que quieras para describir el concepto.
Dueños de perros mansos y tranquilos tienen muchas veces perros rebeldes y poco obedientes porque sus mascotas les están haciendo el “mandado” de vivir las partes no vividas de la personalidad y carácter reprimido de sus amos.
Cuando veo el comportamiento de un hijo o de un perro puedo saber cómo son realmente los padres y los amos, respectivamente.
Dicen que los hijos se parecen a sus padres y los perros se parecen a sus amos.
Es verdad.
Aún en los casos en que parecen tener una actitud opuesta a la actitud “oficial” de los padres y amos.
Los niños y los perros reflejan el inconsciente de sus padres y dueños respectivamente
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