Adaptarse felizmente a un mundo enfermo, injusto y/o disfuncional no es la solución de una persona con crecimiento personal genuino.
1) Es absolutamente cierto de que nuestro estado anímico y nuestras creencias y prejuicios tienen mucho que ver con como interpretamos lo que nos pasa.
2) Pero el verdadero crecimiento personal no se queda en limpiar los lentes perceptivos para evitar el sufrimiento innecesario, sino en actuar cada día para hacer del mundo un mundo mejor, más justo, con más verdad, con más crecimiento personal (donde cada cual se hace responsable de su propia vida y acciones y consecuencias, entre otras cosas).
Ser feliz a costa de mentirse eficientemente a uno mismo no es la solución.
Ser feliz a costa de aislarse del sufrimiento ajeno y de las injusticias y mentiras del mundo no es la solución.
Los boddisattvas en la cosmovision budista son aquellas almas que han crecido lo suficiente como para haberse ganado el derecho a salirse de la rueda de las reencarnaciones, pero que eligen quedarse a ayudar a los demás a ganarse ese mismo derecho a través de sus respectivos crecimientos personales y no están dispuestos a salvarse personalmente hasta que el último de los seres humanos haya sido salvado también.
En las ceremonias de casamiento judias se rompe con el pie una copa para que aún en uno de los momentos más felices de la propia vida uno se recuerde de todo lo que sigue roto en el mundo buscando “reparacion”.