En cada consulta que hago me doy cuenta cuanto sufrimiento genera, en la vida adulta, los dolores que están escondidos por detrás de la sonrisa de ese niño escondido en la sombra de nuestro inconsciente.
O, dicho en lenguaje de la psicología que uso yo, cuanto sufrimiento generan, de adulto, los subpersonajes inconscientes que tienen asignaturas pendientes generados en los dolores de nuestra infancia que no hemos terminado de asumir, digerir y superar.
Estos subpersonajes, necesitados de paliar el dolor de esos traumas vividos en la infancia, traumas que muchas veces ni somos plenamente conscientes de cuanto nos dolieron, nos “empujan” de adultos a reclutar personas y situaciones y relaciones y circunstancias como para revivir esas situaciones pasadas, ya sea como victima (otra vez) del mismo patrón de energías y de significados o como victimario (lo cual tampoco es negocio, no podes dañar a otra persona sin dañarte a ti mismo, el asunto es darse cuenta que ni debemos permitir que “nos lo hagan” ni debemos “hacérselo al otro/a”)
Al subpersonaje generado en el niño interior herido se lo identifica justamente porque nos encontramos metidos en un problema, a veces por segunda o tercera vez en la vida, cambiando de personas en el escenario pero repitiendo la lección.
Y la forma de manejar al niño interior es con compasión por su dolor, pero explicándole, con claridad y firmeza, que la “ganancia” que está buscando con su proceder no vale la pena el costo que hay que pagar para conseguirla, que eso que le hubiera gustado tener diferente en su niñez no lo va a tener nunca jamas por esta encarnación (ejemplo, si no tuviste buena madre no la vas a tener jamas por esta encarnación, si no tuviste buen padre no lo vas a tener jamas por esta encarnación, etc etc) pero que no tiene sentido seguir generando al adulto mas sufrimientos, que se agregan a lo vivido en la niñez, como resultado de un subpersonaje que está como “atascado” en esa niñez que no pedimos vivir ni somos responsables que nos haya tocado de la forma que nos tocó, pero que la vida de adultos SI la elegimos nosotros, elegimos a quien reclutar para nuestra vida, como relacionarnos con esas personas, que permitir y que no, que generar y que no.
¿En que anda tu niño/a interior?
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