Tener hijos es un placer, un conjunto de placeres y momentos felices, pero también un sacrificio (de tiempo, dinero, energías), como lo sabemos todos los que hemos sido padres y madres.
Y existe mucha gente que ha pasado por ese sacrificio que en el fondo no están tan seguros de haber hecho bien teniendo hijos (justamente por el costo asociado de tiempo dinero y energía) y quieren validar retroactivamente su decisión (que en la mayoría de los casos ni es tal, porque la mayoría no se pone ni a pensar si quiere o no tener hijos, simplemente lo hace porque “es lo que se supone que se tiene que hacer en la vida, casarse y tener hijos”) a través de que si los demás lo hacen también (tener hijos) entonces se quedan tranquilos que hicieron bien porque “es lo que se debía hacer”.
Si a ellos les apasionara pintar y alguien les diría “a mi la pintura no me mueve” no creo que se pongan a tratar de explicarle a la otra persona que “debería pintar para ser feliz”.
O no le dirían nada o le dirían “a mi me encanta pintar pero entiendo que no es para todo el mundo”.
¿Entonces?
¿Por que con el tema de tener hijos es diferente?
Tener hijos o no tenerlos debería ser una verdadera opción libre para todos los jóvenes y no tan jóvenes.
No lo es.
Hay presiones sociales de familia y amistades y hasta de desconocidos con quien uno hable del tema.
Y la razón verdadera es lo arriba explicado: la necesidad de autojustificacion para el haberlos tenido uno mismo cuando secretamente se tienen dudas si valió la pena el sacrificio de tiempo dinero y energías a cambio de los placeres y felicidad que los hijos dan.
En resumen, la gente que trata de justificar su propio pasado, porque no está segura de si el costo de tener hijos valió la ganancia de tenerlos es la que presiona para buscar validarse a través de los demás ¿”cuando vas a tener un hijo”? y luego de tener un hijo ¿”cuando vas a tener otro hijo mas para darle un hermanito”?.
Para los que tener hijos es una verdadera vocación y no tienen duda alguna que el costo implicado en tenerlos vale la pena, dejan tranquilo a los demás elegir si tener hijos o no sin presiones directas o indirectas.