Por que las fiestas de fin de año pueden ser dolorosas para algunas personas

La felicidad no depende de que te pasa, sino de cual es la diferencia entre lo que te pasa afuera y lo que deseas o esperas o sientes que mereces que te pase afuera, o sea la diferencia entre la realidad y las expectativas.
Felicidad = Realidad – Expectativas
Algunas personas “sufren” las fiestas de fin de año por las expectativas aumentadas de que uno supuestamente debería estar feliz en esa época del año (porque para muchos es así, porque disfrutan mucho de la compañía de sus afectos en las reuniones familiares) y por lo tanto la parte de la fórmula de arriba referente a las expectativas aumenta.
O a veces se sufre porque la realidad es bastante triste (quizás por falta de personas queridas).
Cuando las expectativas superan a la realidad, la resta da “en negativo”, y la felicidad se convierte en infelicidad.
Ahora bien.
La infelicidad es un dolor (emocional) y frente a la expectativa de vivir algo doloroso hay 3 respuestas humanas típicas:
1) la lucha (solucionar el problema de raíz)
2) la parálisis (quedarse sin hacer nada, esperando que el problema desaparezca solo)
3) la huida (del lugar físico, de la persona, de la situación)
Las fiestas de fin de año son especialmente difíciles también en otro sentido porque son seguidas, para muchas personas, por vacaciones.
Y las vacaciones, o sea, cuando uno ya no puede llenar su tiempo con trabajo y obligaciones que le quitan tiempo para pensar y sentir, son para muchas personas un periodo difícil porque deben estar mas consigo mismos.
Hay personas que quisieran irse a dormir el 23 de diciembre y despertar el 1 de enero (para poder saltearse las fiestas) y otras que quisieran irse a dormir el 23 de diciembre y despertar el 15 de enero o el 1 de febrero, para saltearse las fiestas y las vacaciones.
Pero huir nunca sirvió para solucionar nuestras problemas emocionales, porque si la huida es la emigración (de pareja, de trabajo, de país) los problemas nos siguen a la nueva pareja, el nuevo trabajo y el nuevo país, y si la huida es la evasión (con alcohol, ruido, drogas, autoengaño, lo que sea) cuando termina el rato o período de evasión los problemas vuelven a la consciencia.
El crecimiento personal no tiene atajos.
E incluye:
1) el aprendizaje de la aceptación de las pérdidas que hemos tenido, sea por lo inevitable de las reglas de la vida (como la muerte de personas queridas) o por las acciones de otros en nuestra contra que nos hizo perder algo, o por nuestras equivocaciones que nos llevaron a perder algo.
2) la capacidad de agradecer de verdad todo lo positivo que tenemos en la vida (en lugar de centrarnos en lo que nos falta).

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