No me hables mal de mi padre

Una consultante divorciada no hace mucho me consultó sobre su situacion: el marido la había engañado de una forma por demás agraviante, se habían divorciado por eso, pero al hijo, su ex le decía continuamente que el engaño se debía a que la mujer no lo hacia sentir querido, lo cual el hijo aceptaba como “buena explicación”.
El hijo por otra parte siempre tuvo una relación muy cercana a su padre, y cuando la madre le intentaba explicar que el matrimonio se rompió por la infidelidad del padre y que no hay nunca nada que justifique la infidelidad (y menos aun esa infidelidad especialmente agravada del caso en cuestión), el niño, que veía que le bajaban a cascotazos al padre del pedestal en que lo tenia (porque todo niño necesita tener a sus padres en en pedestal) le contestaba con un “no me hablas mal de mi padre”.
¿Que hacer?
¿Decirle al hijo la verdad o no?
Le contesté que si la vida fuese elegir entre algo bueno y algo malo, la vida sera mucho mas fácil de vivir que lo que resulta.
Que en la práctica muchas veces tenemos que elegir entre dos males, el mal menor.
Si lo que le dice al hijo perjudica la imagen que tiene del padre, eso le genera un daño al hijo, que necesita tener al padre en un pedestal para sentirse mas protegido (“si mi padre no es bueno, o no es capaz, no podrá protegerme bien” es el pensamiento del niño)
Pero si no le dice al niño la verdad, le está enseñando a refugiarse en las mentiras confortables en lugar de asumir las verdades incomodas. Lo cual es un daño mucho mayor por los efectos perjudiciales que le traería semejante actitud para el resto de su vida.
Pero ademas, de no confrontarlo con la verdad, por más que deje mal parado al padre, estaría dejando programar el cerebro de su hijo, en la edad mas peligrosa de programar el cerebro (el cerebro del niño es muy plástico y lo que se aprende en la niñez luego cuesta mucho mas trabajo desprogramar de adulto) que “hay justificativos para la infidelidad” lo que promueve una mayor probabilidad de que luego, para justificar esa creencia, el mismo hijo, de adulto, sea infiel en su matrimonio y arruine su matrimonio y su familia y su felicidad futura.
Todo esto sumado es un daño mucho mayor al daño de que a través de confrontar LA VERDAD, el niño se desilusione de su padre.
Por lo cual mi consejo fue “atenete a decir la verdad” y explicale el concepto a tu hijo de que “la culpa no es del mensajero” o sea que si hay sufrimiento por rompimiento de la familia por lo que hizo el padre, que no se enoje contigo por decírselo sino que se enoje con el padre por no haber pensado mas en los hijos a la hora de ser infiel.

Para ver el posteo original con los comentarios en Facebook hacer click en el siguiente link: https://www.facebook.com/roberto.lazar.5/posts/10209774973552026

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *