No sos tu cuerpo. Tenés un cuerpo.
No sos tu cerebro. Tenés un cerebro, cuya función es, además de “manejar” el cuerpo, “segregar” pensamientos, emociones, conciencia del entorno exterior para poder identificar presas, predadores, competidores, y amigos. De similar forma a que otros órganos del cuerpo segregan hormonas y sustancias varias necesarias para la vida del organismo.
En definitiva no sos tu hardware.
Tampoco sos tu software.
No sos ninguno de tus subpersonajes.
Tus subpersonajes son circuitos neuronales cada uno de los cuales tiene programada su forma de decodificar las experiencias y una intención (objetivo a conseguir.).
Algunos de estos subpersonajes son reprogramables y otros no (lee mis libros si te interesa profundizar en esto).
El crecimiento personal implica mejorar la programación del software mental eliminando y corrigiendo falsas creencias, y reprogramando prioridades para no terminar pagando más por el pito que lo que el pito vale. Por ejemplo, cuando tenemos una compulsión a la repetición, tenemos ganancias a conseguir repitiendo el trauma original, que no valen el costo en tiempo perdido, en recursos perdidos y en sufrimiento involucrado.
Entonces, si no sos todo lo de arriba, quien sos?.
1) Tu sos EL DIRECTOR DE ORQUESTA de esos subpersonajes cada uno de los cuales los podés imaginar como músicos de la orquesta de tu mente, y si no los ves, si no tenés en conciencia a tus subpersonajes, te puedes imaginar que cada músico empieza a tocar lo que se le da la gana cuando se le da la gana, y en lugar de buena música empiezan aparecer ruidos molestos en tu vida, y vos lo llamas mala suerte o culpa de otros cuando la génesis de esos ruidos o interferencias en tu objetivo oficial de vida la estás generando tu mismo desde alguno de tus personajes inconscientes.
2) Tú sos EL AGENTE DEL LIBRE ALBEDRÍO.
El libre albedrío existe sólo que es mucho menor a lo que a veces nos imaginamos tener.
3) Tú sos el YO OBSERVADOR.
El yo observador es ese que puede observar a tu cerebro tener pensamientos, recuerdos, emociones, sentimientos, planes, etc.
El meditador encuentra a su yo observador cuando intenta meditar y acallar su cerebro y se da cuenta que su cerebro sigue generando pensamientos.
Ahí se da cuenta que él no es su cerebro si no ese que le dice a su cerebro que se calle, y el cerebro no se calla, y le dice nuevamente que se calle, y el cerebro sigue sin callarse.
Y ahí ZAS se descubre experiencialmente que “yo” soy el que está observando a mi cerebro y dándole órdenes que mi cerebro no cumple.
Cuál es la esencia de ese YO no maquina, no biologico, sino que está conectado a la experiencia de la vida A TRAVÉS de su cerebro y otros órganos del cuerpo?
Esa pregunta te lleva a iniciar el camino del crecimiento personal espiritual. El cual entre otras cosas requiere que encuentres TU respuesta a esa pregunta.