Hay un dicho muy cierto: si crees que no podes, no podes.
O sea las creencias limitantes sobre que podemos hacer y que no son el primer freno a “no poder” lograr determinado éxito en nuestra vida.
Como corolario de ese concepto también es cierta la frase “si crees que no es tu obligación hacerlo, no lo haces”.
De ahí que es tan importante la educación de nuestros hijos (y la autoeducacion de nosotros mismos para completar todo lo que le faltó a nuestros padres enseñarnos) para que se nos grabe a fuego cuales son nuestras responsabilidades y obligaciones.
Cuales son, ocuparía muchas páginas pero ya los sabios supieron resumirlo en dos frases.
El judaísmo lo resumió así:
“No hacerle a nadie lo que a uno no le gusta que le hagan a uno”.
Jesús le agregó un segundo concepto
“Hacer por el otro lo que uno quisiera que los otros hicieran (o hubieran hecho) por uno”.