La “culpa” es fundamental para el actuar bien en la vida.
Es una guía interna que nos avisa cuando estamos actuando “mal”.
Hay dos tipos de culpa que sentimos, la buena y la mala (asi como hay dos tipos de colesterol, el bueno y el malo).
La culpa mala es la que viene por no cumplir con los “programas” de nuestros padres o de la sociedad en que vivimos, que dictamina, sin ninguna base sólida, solo por convención que adoptan en esa familia, o en esa sociedad y en esa época, sobre qué es bueno y qué es malo.
La persona con crecimiento personal sabe salirse de la programación recibida y dejar de sentir culpa cuando va en contra de esos programas.
La culpa buena es la que viene por actuar mal (para lo cual primero hay que aceptar que mas allá de las convenciones sociales, existe el bien y existe el mal, y que tenemos, por el mero hecho de ser seres humanos, si no adolecemos de una patología psiquiátrica, una guía interna, a la que se suele llamar “conciencia moral”, que nos avisa mediante el dolor de la culpa cuando actuamos mal, y nos avisa mediante la recompensa del sentimiento interno del deber cumplido, cuando actuamos bien)
Hay personas que tienen “dañado” el cerebro (algunos de nacimiento, otros, la mayoría, por patologías adquiridas en su crianza) y no tienen ajustada su conciencia moral, no tienen sentimientos de culpa cuando actúan mal, dañinamente,
Por ejemplos los psicópatas.
Por ejemplo los borderlines.
Son el tipo de personas mas peligrosas para tener como parejas, como amigos, como socios comerciales.
Te mienten, te traicionan, incumplen lo pactado, y lo mas campantes, sin el mas mínimo dolor interno, siempre justificándose, siempre sintiendo que de alguna manera “te lo mereces”.
El dolor de la culpa
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