La Biblia y el Corán y todos los libros religiosos que son la base de las religiones tienen “cuentos” que no tienen mucha diferencia con los de la Cenicienta, con hadas que transforman vegetales en carruajes y cosas así (serpientes que hablan, por ejemplo, en la historia de Adán y Eva).
Pero no por eso dejan de ser libros que, sacándoles la cháchara religiosa literal, transmiten, en algunos pasajes, conceptos de muy útil sabiduría.
Por ejemplo tomemos ese mismo relato fantasioso de Adán y Eva en que por desobedecer a Dios, por ese pecado fundamental, Adán y Eva y todos sus miles de millones de descendientes humanos son “condenados” a vivir fuera del Paraíso, a ganarse el pan trabajosamente con esfuerzo y a las mujeres a parir con dolor.
¿Cual fue ese gran “pecado” y que podemos aprender de eso y aplicarlo a nuestra vida diaria?
No fue la desobediencia.
¿Por qué lo digo?
Porque vos no podes condenar a tu perro por robarte un pedazo de carne que dejes tirado en algún lado de la casa a su alcance a menos que lo hayas entrenado previamente para no hacerlo. Y no mandamos a la cárcel a los niños cuando delinquen por que no tienen la “conciencia suficiente” para poder separar el bien del mal.
Y según el cuentito bíblico, Adán y Eva eran como animalitos de Dios, sin ninguna conciencia humana, sin siquiera saber que estaban desnudos, HASTA que, desobedeciendo la orden de Dios, comieron del árbol de la sabiduría, del bien y del mal y se volvieron en ese acto “humanos”, sabiendo diferenciar el bien de el mal.
¿Como podes castigar a alguien por desobedecer y comer el fruto del árbol prohibido si todavía ni siquiera tiene el concepto de que existe tal cosa como el bien y el mal y por lo tanto no pueden saber que desobedecer el deseo de Dios para con nosotros puede ser considerado “malo”?
Solo que resulta cuando lees el dialogo que Dios NO los echa del Paraíso ahí, cuando desobedecen.
Los echa después que pasa OTRO suceso, que es preguntarles a Adán y Eva que hicieron, o sea, a pedirles explicaciones por lo que hicieron desobedeciendo la orden de no comer del árbol prohibido del conocimiento del bien y del mal.
Ahi, en lugar de asumir lo que hicieron (desobedecer la orden de Dios) y en todo caso dar la explicación obvia “pero Diosito mio, ¿de que me hablas? cuando comimos del árbol ni siquiera sabíamos que había cosas que estaban bien y cosas que estaban mal, ahora si sabemos, porque comimos justamente de ese árbol así que de aquí en adelante vamos a ser responsable de lo que hagamos mal”.
No, en lugar de asumir lo que hicieron inventan excusas que aparentemente los hacen “zafar” de lo que hicieron:
“Es culpa de la serpiente” dice Eva que me dijo que comiera del árbol”
“Es culpa de Eva que me dijo de que comiera” dice Adán derivando su responsabilidad en ella, así como ella intentó derivar su responsabilidad en la serpiente habladora.
Y recién AHÍ es que según el relato, Dios los echa del Paraíso.
El pecado causa del castigo no fue la desobediencia.
El pecado, según el relato, fue no hacerse cargo de lo que uno hizo y culpar afuera.
¿A que voy?
La alternativa a tomar los libros sagrados como “la palabra de Dios de la cual no se puede dudar” no es “tirar a la basura a la Biblia judía o el Nuevo Testamento cristiano o el Coran islámico, diciendo que no sirven para nada” sino que existe una tercera opción que es leer estos textos como textos simbólicos para tratar de aprender que se nos quiere transmitir como ideas en sus relatos y te aseguro que como estudioso de esas tres fuentes, he encontrado mucha sabiduría en los tres (asi como ideas absolutamente falsas y hasta dañinas, de ser aplicadas, hay que saber discriminar al leer, estas fuentes y cualquier fuente de cualquier autor).
Este relato de Adan y Eva, por ejemplo, transmite una idea realmente cierta: como consultante de muchas personas que me han contado sus problemas de vida pidiendo mis consejos, te puedo asegurar que una causa fundamental de los problemas de la gente es “no hacerse cargo” de lo que hacen.
No podes solucionar un problema que no asumís que tenes.
Recién ahí empezas a buscar la solución.
Antes que eso solo te ocupas de buscar las excusas para culpar afuera y problema que no asumes, repites.