Jesus nacio, vivió y murió como judio y como judio religioso.
Una de las festividades más importantes del judaísmo (la más importante en mi opinión) es Pesaj, que conmemora el nacimiento del judaísmo de Moisés, que empieza con la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en la que estaba en Egipto.
Los judios se reúnen para cenar en la víspera de la festividad de Pesaj con sus familias y/o mejores amigos, y eso fue lo que hizo Jesus en Jerusalén, la noche anterior al día en que fue crucificado, se reunió con sus discípulos, todos ellos judios, a festejar Pesaj, y eso es lo que hoy conocemos como “La Última Cena” que da origen a la festividad cristiana de la Pascua.
El Pesaj judio y la Pascua cristiana siempre coinciden (por esa razón) en el tiempo, a veces el mismo día y a veces con una diferencia de unos dias (porque el judaísmo tiene un calendario lunar de 13 meses y el occidental tiene un calendario solar de 12 meses).
Dicha esta introducción entro en el tema del posteo.
Parte del ritual judio que los más religiosos llevan a acabo, como “preparación” para la cena de Pesaj, es limpiar la casa de uno buscando que no quede polvo de levadura (Jametz en hebreo) en ningún rincon de la propia casa.
Si vos le preguntas a cien judios religiosos de por qué lo hacen así, la gran mayoría te contestará “porque así me lo enseñaron qué hay que hacer” (o sea que no tienen ni idea, al igual que la enorme mayoría de los feligreses de todas las religiones no saben el PARA QUE espiritual y/o psicológico de cada uno de los rituales que desarrolla en su vida).
La explicación de la utilidad de este ritual es esta.
Hoy que comemos comida pre preparada y que no fabricamos el pan que consumimos en nuestra propia casa, no hay polvo de levadura que el aire lleve a los rincones de nuestra casa, como si lo hubo durante MILES DE AÑOS en que este ritual se aplicó. El polvo de levadura lo que hace es fermentar la masa para poder fabricar lo que conocemos como pan, para que la masa no quede como un mazacote duro, porque al fermentar llena a la masa de burbujitas de aire (que es lo que la hace aumentar de volumen y firmar la hogaza de pan), lo cual lo hace más rico y más digerible.
Pero “fermentar”, eso que es bueno para la fabricación de pan, es malo para la salud cuando la fermentación de algo ocurre dentro de nuestro cuerpo. Por algo enfermedad y fermentar vienen de una misma raíz común en el idioma.
Esto es especialmente aplicable a lo psicológico.
Todo lo que reprimimos en el inconsciente, en lugar de desaparecer, “fermenta”, o sea, gana más y más fuerza, aumenta de volumen, hasta que toma tanta fuerza que nuestro inconsciente maneja nuestra conducta (lo que elegimos, lo que terminamos haciendo) y así aparece problemáticamente en nuestras vidas en conductas destructivas de nuestra felicidad, relaciones, salud y paz.
Por eso la importancia del crecimiento personal en general, y de la psicoterapia en particular, para pasar lo inconsciente a la conciencia, limpiar nuestro inconsciente de todo aquello que fermenta por no “descubrirlo” y “limpiarlo” a tiempo.
Ahora bien; cuando viene un paciente que se siente mentalmente desorganizado y confuso, muchos psicólogos le mandan hacer orden en sus placards, y en toda la casa, porque existe un contagio entre los procesos físicos que hacemos afuera y los procesos mentales que ocurren adentro. Si nos ponemos a hacer orden en el mundo físico que nos rodea, se facilita a nuestra mente hacer orden en el mundo psíquico interno.
Los rituales religiosos fueron diseñados intuitivamente (dado que en aquellas épocas no existían conocimientos de psicología) con ese mismo criterio. Cuando el judaísmo manda “buscar, descubrir y eliminar todo rastro de levadura que pueda haber en la casa de uno para así prepararse para la fiesta en que se celebra la libertad” (Pesaj), está haciendo el proceso muscular o fisico externo que por contagio ayuda a buscar descubrir y eliminar todas aquellas cosas reprimidas en nuestro inconsciente (subpersonajes reprimidos con asignaturas pendientes) que son justamente el equivalente interno al Faraón que nos quita genuina libertad de acción y libre albedrío en la vida porque nos lleva compulsivamente a actuar en formas que no son las más conducentes a nuestra felicidad, autorrealizacion y paz.
Feliz Pesaj!
Felices Pascuas!
Muchos rituales religiosos están diseñados para ayudarnos a crecer aún sin entender
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