Quizás todos los días no sean buenos pero siempre hay algo bueno en todos los días.
El tema es darse cuenta, aprovecharlo y agradecerlo.
El cerebro de forma automática tiende a centrarse en lo que falta, en el problema, en el peligro (es el legado de la evolución, los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro, evolucionaron para favorecer la sobrevivencia)
Sentirse feliz da trabajo.
Es oponerse a la tendencia automatica de los instintos y la forma “natural” en que opera nuestro cerebro.
¿Quien elige en tu vida, tu o tu cerebro?
Tu no eres ni tu cuerpo ni tu cerebro sino un “Yo” que tiene un cuerpo y un cerebro y elige como usar a ambos.
Si no pones en marcha a tu “Yo”, tu cerebro actuará como una muy sofisticada computadora que es el piloto automático del vehículo, actuando según los programas instalados.
Tu eres quien puede quitar o modificar un programa y que en todo momento puede sacar el mando del piloto automático y manejar en “manual” y entre otras cosas, enfocar tu atención en lo que TU elijas y no en lo que tu cerebro elija según sus “programas de sobrevivencia”.
Darse cuenta de que somos un YO con libre albedrío que entre otras cosas puede elegir el enfoque de nuestra atención (y del resto del funcionamiento de nuestro cerebro), es un paso importante del crecimiento personal.
Si no aprendemos a manejar la computadora a bordo de nuestro cuerpo, y a mejorar los programas instalados, funcionamos como un zombie, un robot preprogramado. Tanto mas aprendemos a situarnos en el “YO”, mas humanos nos volvemos.