Este posteo está destinado a ellos.
Cuando veas a un hombre que se activa hablando pestes de los hombres homosexuales, sabé que estás ante un homosexual reprimido o un bisexual que reprime su parte homosexual.
El razonamiento es simple:
Para el hombre genuinamente heterosexual o que no tiene problemas en admitir su parte bisexual, sea que la tenga en fantasía o que la practique, la presencia o existencia de los homosexuales no los activa mas que lo que activa el helado de sambayon a aquellos que jamas piden helado de sambayon en una heladería porque no es de su gusto y agrado.
Si no te gusta ser homosexual, no “consumís” ser homosexual y a otra cosa mariposa, no da para activarte porque en la heladería tengan helado de sambayon. Elegís otro gusto y dejas tranquilos a los que prefieran el helado de sambayon que a vos no se te ocurriría pedir.
Pero cuando has reprimido algo interno tuyo de tu consciencia, y algo afuera te hace resonar eso que tenes adentro, se genera un conflicto interno entre eso que ahora activado, pretende subir a la conciencia, por una parte, y el miedo a verlo y por lo tanto el esfuerzo por seguirlo reprimiendo, por otra parte.
Ese conflicto interno a nivel mental “duele”, es el equivalente a si uno se agarrara a las piñas con alguien solo que el conflicto de algo peleándose con otra cosa es interno a nivel neuronal.
Las “piñas” neuronales también duelen.
Y entonces cuando esa persona siente el dolor interno enseguida busca al “culpable” de el dolor que sienten.
En lugar de asumir que la responsabilidad sobre ese dolor es su conflicto interno basado en la represión de parte de si mismo, se agarra contra el mensajero, el que le hizo activar el conflicto interno (el homosexual en este caso).