Una lectora me increpó ayer disgustada por mi estilo al hablar con mis consultantes, considerando que era innecesariamente duro en mi forma de hablarles y que lograría lo mismo siendo mas suave y diplomático.
Si me hubiera preguntado el por qué uso el estilo que uso, en lugar de increparme y criticarme, le hubiera contestado.
Pero como soy de pocas pulgas, no entré a polemizar, la borré de mi grupo de contactos (si no te gusta como soy, anda a leer otro muro).
Hoy, 24 horas después, mas calmo, me pareció adecuado dar la respuesta a la pregunta que no hizo.
1) Mi estilo psicoterapeutico es poner dinamita en los pilares del edificio del trauma del paciente para hacer una demolición controlada, en lugar de agarrar con una piqueta en mano y empezar por el ultimo piso, de ahí para abajo, sacando ladrillo por ladrillo por ladrillo un poquito en cada sesión, para que después de 5 años de terapia, el edificio de los traumas del paciente se haya desmontado. Como mi estilo es de “rápida demolición” (para lo cual uno tiene que tener el ojo clínico para rápidamente saber donde están las columnas principales que soportan el edificio y saber como poner ahí las cargas de dinamita, las que confrontan al consultante con “eso” que nunca quiso ver, porque era doloroso de ver), el propio estilo psicoterapeutico se parece mas a una cirugía a corazón abierto que a un relajante masaje en la espalda para que el consultante “se sienta bien” al finalizar la sesión.
2) Segundo, ese es mi estilo de comunicación siempre, voy directo al tema, sin diplomacia y si te tengo que decir algo, no doy vueltas, te lo digo en la cara y sin anestesia.
3) Tercero, lo que en psicología se llama “resistencias” del paciente, la “fuerza” que hace el trauma para evitar ser descubierto y neutralizado, o sea la fuerza denodada que hace el subpersonaje saboteante para poder seguir operando como siempre, es de tal magnitud, que siendo suave y diplomático, no se logra neutralizarlo, para neutralizarlo hay que luchar a brazo partido y con todas tus fuerzas. Los griegos hace 2500 años lo sabían y hicieron un mito al respecto, el mito de Hércules y la Hydra.
La Hydra era un monstruo femenino de muchas cabezas que vivía en una cueva oscura y mataba a todo hombre que se le quisiera enfrentar (por un trauma que había tenido en su niñez que la habían herido emocionalmente y por eso se transformó en ese monstruo que era). Si alguien entraba a luchar contra ella y con la espada le cortaba una cabeza en seguida le salia otra cabeza. Era imbatible. Hasta que le mandan a Hércules, que no se caracterizaba por sus finos modales sino por su fuerza hercúlea, a neutralizar a la Hydra. Y que hace Hércules? Entra, lucha con toda su fuerza contra la Hydra y la saca de la cueva a la luz del sol y la luz del sol destruye a la Hydra.
La luz del sol es la luz de la conciencia, la cueva oscura es el inconsciente.
Aplicando la fuerza (mi estilo directo y a veces hasta agresivo) yo saco a la luz de la conciencia de mi consultante a su Hydra escondida en su inconsciente para que cuando a la luz de la conciencia logra “ver” como ese subpersonaje le estaba cagando la vida, ahí mismo ese subpersonaje pierde su poder de manipulación de la vida de mi consultante.
¿Por que sos tan duro con tus consultantes?
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