Este posteo se que va a ser conflictivo porque va a contracorriente de creencias profundamente instaladas.
Pero mala suerte si le cae mal a alguien.
Mas de una vez he tenido que ayudar a mis consultantes a cortar los lazos afectivos con su madre o padre biológico, por tóxicos, explicándole que “padre” o “madre” no es un acto biológico de preñar o embarazarse o parir, sino lo que se hace después, durante el resto de la vida, por los hijos y que si eso que hacen no pasa del mínimo aceptable, “esos” NO SON sus “padres”, en el sentido que realmente importa de la palabra, solo son los que lo gestaron, lo cual tiene CERO MERITO (cualquier rata, camello o gato sabe preñarse y dar a luz). O en otras palabras que se puede ser huérfana de madre con madre viva y presente, o huérfana de padre con padre vivo y presente.
Y mas de una vez me tocó vivir que por no aceptar mi consejo, la hija con madre toxica incapaz de separar su vida de esa madre toxica terminaba con un cáncer de mamas.
Pero este posteo se refiere al caso simétrico, menos común, pero que ocurre, Los hijos tóxicos.
Tambien he tenido que explicar a mas de una mujer que “hijo” o “hija” no es solo la persona que uno preña o gesta o da a luz, eso solo es el hijo/a biológico.
Porque TAMBIÉN LOS HIJOS pueden llegar a ser tóxicos.
Tipicamente en el caso de un divorcio donde la otra parte les lava la cabeza de tal forma que sistemáticamente atacan con total injusticia a la parte que actuó bien y defienden a la parte que actuó mal.
Lo cual enferma a la persona atacada (de ahí la palabra toxico)
Los hijos no solo tienen derechos sino también obligaciones.
Y cuando sistemáticamente un hijo/a desconoce e incumple con sus obligaciones de hijo, el padre o la madre tiene todo el derecho de cambiar su actitud protectora con ese hijo/a HASTA QUE los hijos cambian a su vez su actitud y empiezan a ser con la madre o padre, de quien se trate el tema, como debieran haber sido siempre.
Hoy conversando de este tema con mi empleada Rosana, me contó como lo que le estaba diciendo era tan cierto que a ella le tocó vivirlo en su propia vida.
El caso que me contó es así:
Su ex la engañaba de las peores formas y hasta la golpeaba pero no aceptaba que se fuera de casa. Hasta que un día pudo “escaparse” (literalmente, aprovechando una mañana que el marido no estaba en casa) con los hijos y sus cosas en un taxi flet y esconderse en casa de amigos con sus hijos, y luego cambiar de ciudad y así vivir con los hijos a salvo del mal marido.
El padre exigia que volviera a casa.
Los hijos en lugar de apoyar a la madre, empezaron a ponerse del lado del padre “vos si nos quisieras deberías dejarte pegar por papá para que así nosotros podamos estar con el”, “papá dice que si nosotros queremos verlo, vos tenes que volver con el”, “papa dice que sos una puta con los hombres que salís” (porque salia a bailar con sus amigas), “lo que hizo papá no es tan grave, muchos hombres lo hacen” etc etc etc, permanentemente atacando a la madre (que había sido la victima del padre), permanentemente defendiendo al padre (que era el agresor).
Y así era su vida, sistemática acusación de los hijos contra la madre (que era la que los mantenía con su sacrificado trabajo, en el 80% de los gastos, el padre aportaba poco, si bien ganaba mas que la madre, pero usaba el dinero como arma de presión para que la mujer volviera a vivir con él)
Hasta que Rosana se hartó de tanta ingratitud de los hijos, y les impuso un régimen militar en casa y les dijo con total claridad, dia tras dia, “váyanse con su padre si tan bueno creen que es el y tan mala creen que soy yo”.
Y efectivamente le pidieron al padre a vivir con él.
Ahi se dieron cuenta que el padre no los quería con él, con mil excusas que daba, siempre alguna diferente, para no hacerse cargo de los hijos.
La historia tiene un final feliz, después de años, los hijos entendieron quien es el bueno y quien el malo de la película, y la justicia ha sido cumplida.
Pero para lograrlo, Rosana tuvo que retirarse afectivamente POR TRES AÑOS de su rol de madre, con un régimen militar en su casa con sus hijos, retirando el afecto maternal incondicional, y continuamente diciéndoles “¿porque no se van con su padre?”
Rosana es el típico caso que mas vale cien gramos de sentido común y sabiduría innata de vida que mil libros leídos de crecimiento personal. Cuando todo esto pasó en su vida no había leído ni un libro de crecimiento personal ni hecho una hora de terapia. Amaba a sus hijos pero supo que la única forma de no enfermarse era retirarse de su rol de madre, afectivamente hablando y ponerse “dura”.
¿Es común que un hijo o una hija se porten tan mal que uno les pueda quitar la categoría de “hijo” a nivel afectivo?
No, no es común. Es mas común que una madre se porte tan mal que uno pueda declararse “huérfano con madre viva”.
Pero saber que existen casos asi te abren la mente para entender que el rol de MADRE, PADRE, HIJO e HIJA no son solo temas biológicos, sino de cumplimiento de las obligaciones relacionadas al rol y que los hijos TAMBIÉN tienen obligaciones afectivas hacia sus padres, entre los cuales están llamar al pan pan y al vino vino, defender a la victima, no al agresor, agradecer desde el corazón el esfuerzo que hacen los padres trabajando sacrificadamente para pagar sus gastos y cumplir con sus obligaciones en la escuela y en la casa.
Los hijos tóxicos
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